Descubriendo Entre Ríos. Aporte del profesor Mauricio Castaldo, enrolado en el artiguismo
El estudioso ubica el comienzo de la independencia provincial en el Combate del Espinillo cerca de Paraná.
Daniel Tirso Fiorotto / De la redacción de UNO
Mañana empieza febrero, un mes clave para el desarrollo de la provincia de Entre Ríos. Aunque un tanto olvidada por la historia más difundida, la Batalla del Espinillo, o el Combate, que tuvo lugar a pocos kilómetros de Paraná, en las márgenes del arroyo Espinillo, un 22 de febrero de 1814, se convertiría en una bisagra para la historia de los panzaverdes y sus afanes autonomistas.
Con motivo de esta conmemoración, recurrimos al dirigente Mauricio Castaldo, del Foro Artiguista Entrerriano, para que nos ilustrara sobre la importancia de aquellos hechos y su incidencia sobre la actualidad, en que el federalismo está puesto sobre el tapete nuevamente.
Castaldo nos aportó un resumen de su visión crítica sobre el federalismo, en virtud de varios análisis que ha difundido para interpretar el rol histórico de esta provincia en la construcción del sistema desconcentrado de poder en la Argentina, un principio que quedó establecido en el artículo primero de la Constitución, pero muchos piensan que no se cumple.
Uno de sus aportes fue titulado “Los orientales del Paraná y occidentales del Uruguay” (1), que usó el propio José Artigas.
Aquel 22 de febrero. Dice Castaldo, de conocida militancia en la Asociación Gremial del Magisterio –Agmer-: “Debemos revisar la historia del federalismo auténtico para empezar a reencontrarnos con nuestro futuro. Esa historia profunda nos muestra una absoluta diferencia política entre el concepto artiguista de Pueblos Libres confederados con el de provincias con minúsculas”.
“El proyecto federal revolucionario nació formalmente en Montevideo, en abril de 1813 para reafirmar la soberanía particular de los pueblos y culturas litoraleñas y americanas hermanadas como consigna concreta para hacer real la emancipación”.
“Contra lo que dicen algunos historiadores, el federalismo artiguista no ponía en peligro la lucha por la independencia sudamericana (‘abriendo varios frentes a la vez’) sino que, al contrario, quería concretarla. Primero, profundizando la batalla contra el imperialismo, y segundo -y simultáneamente- afirmando la libertad de los pueblos, contra las pretensiones centralistas, monárquicas y neocolonialistas que provenían de Buenos Aires.
En el Litoral y en el Río de la Plata, independencia y federalismo debían y deben ser sinónimos, si no, ambos pierden sentido. No habrá independencia real sin pueblos libres confederados y no habrá autonomía real ni confederación si no hay independencia política, económica y cultural. Es decir, nadie va a ser colectivamente libre si es dominado por otro o si depende de otro, pero a su vez nadie va a ser libre cortándose solo”.
“Artigas se adelantó a su tiempo y nos espera en el futuro. Artigas fue leal hasta el final con el proyecto político revolucionario más coherente y democrático de Nuestra América. Por eso su ejército federal y popular, multi e intercultural le fue fiel hasta las últimas consecuencias. Por eso la mayoría de los entrerrianos -contra lo que dice o quiere ocultar cierta historiografía- lo acompañó, a pesar de las traiciones y difamaciones que brotaron en ambas bandas. Es que el pueblo entrerriano se hizo pueblo en la Liga Federal”.
“La libertad entrerriana nació con la victoria de El Espinillo, cerca de Paraná, el 22 de febrero de 1814, cuando una columna de orientales, enviados por Artigas y comandados por Otorgués, ayudó a la tropa del entrerriano Hereñú a derrotar la invasión nacional-porteña. Allí se declaró la independencia entrerriana y su adhesión al Protectorado de Artigas, que la había liberado”.
Ayer y hoy. Sigue el profesor Castaldo: “El ‘Continente de Entre Ríos’ (2), el país entrerriano, se afirmó en la hermandad confederal sudamericana artiguista. Era uno de los Pueblos Libres de la mítica Liga Federal revolucionaria, que se hacía respetar plantando la diagonal roja del Pabellón de la Libertad. Y aquí es importante reencontrarnos con nuestra genealogía histórica para repensar el futuro entrerriano en medio de los debates y luchas por el Bicentenario y por la Unión de Naciones del Sur.
El proyecto artiguista hablaba de soberanía particular de los pueblos confederados, que era, ni más ni menos, una autodeterminación solidaria multi e intercultural entrerriana, oriental, litoraleña y americana, pero hoy, el poder central sigue festejando los 12 de Octubre, recuerda a las tradiciones un sólo día y concentra el 75% de la recaudación tributaria y de la riqueza entrerriana para entregárselas al capital concentrado multinacional y neocolonial”.
“Si seguimos leyendo nuestra historia y nuestra cultura sólo simbólicamente, o si la transamos en los pasillos del poder, la malaria va a empeorar. Si seguimos confundiendo el federalismo sustancial artiguista y jordanista con el federalismo formal y vacío posterior no vamos a poder levantar nunca la cabeza”.
Recuperando un aporte que realizó a la revista paceña Cuando el Pago se hace Canto, Castaldo señala: “El principio federativo revolucionario, que entre nosotros nació con Artigas y que en la Europa profunda fue propuesto y actualizado a la distancia por el pensamiento libertario, desde Proudhon en adelante, debe ser hoy relanzado frente a la globalización imperialista en crisis. Como dice el investigador vasco Karlo Raveli, 200 Estados unitarios capitalistas oprimen hoy a 5.000 naciones, pueblos y culturas en todo el planeta (3), entendiendo justamente a una nación como una comunidad cultural bioregional. En este sentido, ya Ecuador y Bolivia se han definido como Estados plurinacionales aquí en Nuestra América. La deconstrucción de la Argentina unitaria y burguesa está pendiente”.
En Europa también. “En todos lados, las autonomías históricas, las soberanías particulares buscan liberarse para intentar vivir distinto y vivir mejor, cada una a su manera, pero buscando superar el despotismo del dinero y del capital. Lo hacen en Chiapas, con la rebeldía zapatista; lo hacen los mapuches, lo hacen vascos y gallegos en Europa, peleando contra el unitarismo de Madrid; lo hace Escocia, que el año que en el 2010 va a realizar un referéndum para intentar independizarse de Inglaterra. Lo hacen los catalanes, que buscan consolidar su soberanía afirmando que, ‘la necesidad de recrear la identidad propia en las exigentes condiciones de globalización de la economía, la política y la cultura: ninguna sociedad con rasgos nacionales ya no puede garantizar su continuidad desde la estricta condición de región autónoma’” (4).
Y luego insiste: “Lo debemos hacer los entrerrianos si queremos seguir siendo entrerrianos en lucha confederal por la Segunda Independencia de Nuestra América”.
Finalmente, Castaldo propone que el 19 de Junio (fecha del nacimiento de Artigas) sea el Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal de los Pueblos Libres, y que el 19 y 20 de Junio se conmemoren juntos. Que el 29 de Junio (fecha del Congreso artiguista de Oriente en Concepción del Uruguay, en 1815) se afirme como Día del Federalismo Americano. Que los 23 de Setiembre (muerte del Protector y Padre del Federalismo) la Bandera Federal esté en todos lados y a media asta”.
Vivo o muerto
Desde Buenos Aires, Gervasio Antonio de Posadas declaró a Artigas enemigo de la patria y lo condenó a morir, si se resistía a ser apresado. Esto tomó estado público el 11 de febrero de 1814, once días antes del combate de Espinillo, en el que las tropas federales derrotaron a las de Posadas cerca de Paraná.
Decía el decreto: “Art. 1: Se declara a D. José de Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la ley, y enemigo de la patria. Art. 2: Como traidor a la patria será perseguido, y muerto en caso de resistencia. Art. 3: Es un deber de todos los pueblos, y las justicias, de los comandantes militares, y los ciudadanos de la Provincias unidas, perseguir al traidor por todos los medios posibles. Cualquier auxilio que se le de voluntariamente será considerado como crimen de alta traición. Se recompensará con 6.000 pesos al que entregue la persona de don José Artigas vivo o muerto”.
Notas:
1-Con la expresión empieza José Artigas su proclama a los entrerrianos después del triunfo del Espinillo. Y dice, en su primera línea, “vuestros votos son por la libertad, la prosperidad y el reposo” (Cfr. Oscar R.Tavani Pérez Colman, Ramírez y Artigas, una nueva interpretación, Colón, Birkat Elohim, 2007, p.87).
2-Así se denominaba a principios de la Era Criolla a nuestra tierra, debido a sus características geográficas bioregionales.
3-Karlo Raveli, Cuestión indígena, cuestión nacional mundial: todavía sólo 200 estados para 5000 naciones, Publicado en Indymedia.
4-Enric Marín, Arenys de Munt como síntoma, en www.elperiodico.com (En la ciudad catalana de Arenys se desarrolló en Setiembre de 2009 un referéndum municipal que le dió amplia mayoría al Sí soberanista y relanzó el debate independentista en Catalunya y en España).
La victoria de Eusebio Hereñú
A propósito del Combate librado por los artiguistas entrerrianos contra los porteños en el Espinillo, en febrero de 1814, el profesor Juan Vilar apuntó durante una cátedra a cielo abierto realizada en 2008 en ese lugar que en el Espinillo se dio “el primer combate importante entre el federalismo rioplatense y las fuerzas porteñas, que eran manejadas por la logia Lautaro. Y precisamente el jefe militar que va combatir en el Espinillo contra los artiguistas va a ser el barón de Holmberg, un prusiano que vino junto con San Martín, Alvear y Zapiola, en la fragata George Canning un tiempo atrás”.
“Esto se va a producir con motivo que Artigas había abandonado el sitio de Montevideo en 1814, por sus diferencias con la política porteña. Estaba reunida la soberana Asamblea Constituyente que nombró a Gervasio Antonio de Posadas director supremo, y él va a enviar ejércitos para terminar con el artiguismo y a dictar un decreto poniéndole precio a la cabeza de Artigas además de declararlo traidor… Las instrucciones que traía Holmberg eran fusilar a Artigas, Otorgués, Barreiro que era secretario de Artigas, y otros, en donde fueran encontrados”.
“Se produce el combate con el triunfo de Eusebio Hereñú, y la prisión de oficiales del ejército porteño. Ya desde esa época la prensa porteña se va a manejar con esa antinomia que después tomará Sarmiento de ‘Civilización y barbarie’, es decir: los ejércitos porteños defendían la civilización, y los provincianos, federales, eran la barbarie. ¿Y qué sucedió con los oficiales de este ejército vencido en el Espinillo? A todos se les respetó la vida. Y es curioso que a pocos días de la batalla varios oficiales escriben una nota al director supremo, Posadas, señalándole entre otras cosas la justicia de la causa federal a la que adherían todos”.
“Me parece digno de destacar –insistió Vilar– el comportamiento permanente que tuvieron los federales, y Artigas en primer lugar, que inmediatamente se dispuso a negociar con Buenos Aires, en abril se va a firmar un convenio ad referéndum del gobierno de Buenos Aires que por supuesto Buenos Aires no cumplió, porque Artigas firmó varios tratados con Buenos Aires que los porteños jamás cumplieron”.
Diario UNO Entre Ríos - 31/1/2010
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