El Gobierno reconoció que la canasta básica de alimentos acumula en los últimos doce meses un aumento superior al 20 por ciento. Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que en junio la canasta básica alimentaria había sufrido un aumento del 0,9%, y de esta manera el índice que marca la línea de indigencia acumula en los últimos doce meses un alza del 20,5%, es decir que para no ser considerada como indigente una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó en el último mes tener ingresos superiores a los 536 pesos.
El fuerte incremento admitido por el Indec además da cuenta de un marcado deterioro del poder de compra de la asignación universal por hijo, que se puso en marcha en diciembre del año pasado. De hecho, en estos siete meses el ingreso que otorga el Gobierno por cada hijo se mantuvo fijo en $ 180 -de los cuales, $ 144 se perciben en forma automática todos los meses, mientras que los restantes $ 36 se cobran a cambio de la presentación de los certificados de escolaridad y vacunación-, aunque en el mismo plazo, según el Indec, los precios de los alimentos de primera necesidad registraron una suba acumulada del 11,4% por ciento.
Según el organismo oficial, en junio los mayores aumentos se produjeron en azúcar, miel, dulces y cacao, que aumentaron 1,6 por ciento, mientras que en promedio los lácteos tuvieron un alza del 1%, seguidos por frutas y panificados (0,9%) y carnes (0,4 por ciento).
Por su parte, la canasta básica total del Indec -con la que se mide la línea de la pobreza y que incluye además de los alimentos algunos servicios básicos- subió 1,02% en junio respecto del mes anterior y 15,8% en doce meses.
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