EL GOLPE DE LOS GENOCIDAS DEL 76
Su primer objetivo, fue desarticular las organizaciones obreras, sus luchas, disciplinar en el plano de la producción, controlar las demandas y cuestionamientos que generaría la imposición de un modelo económico de fuerte corte liberal, y aniquilar las organizaciones revolucionarias y populares. Además, se propusieron apropiarse como clase del poder del Estado, porque lo necesitaba para la aplicación del proyecto económico encarnado en la figura del ministro de Economía, José A. Martínez de Hoz.
MEDIDAS CONTRA LOS TRABAJADORES
Las primeras disposiciones fueron la intervención de la CGT y de numerosos sindicatos - entre ellos 27 federaciones y 30 regionales de esa central obrera-, la suspensión de la actividad gremial -asambleas, reuniones, congresos-, la prohibición del derecho de huelga, la separación de las obras sociales de los sindicatos. En 1979, la Ley de Asociaciones Profesionales limitó la cantidad de delegados de fábrica -en el caso de Ford, por ejemplo, se redujo de 300 a 6-, se aprobó la libre afiliación - a pesar de que el 95% de los trabajadores ratificaron a sus anteriores sindicatos -, se disolvieron las federaciones de tercer grado y se exigieron cuatro años de antigüedad en el empleo para ser elegidos como delegados, además de la infaltable constancia de “buena conducta” de la policía para poder presentarse a trabajar. A esto se sumó la Ley de Prescindibilidad, que autorizaba el despido de cualquier empleado de la administración pública. A un mes del golpe se reformó la Ley de Contratos de Trabajo, anulando normas en materia de derechos.
Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar
La otra cara del Informe Rattenbach
El presente artículo fue publicado originalmente en Herramienta Nro. 5, Buenos Aires, Primavera-Verano 1997/8 y modificado en esta oportunidad con el agregado de notas. |
Todo indicio de iniciativa autónoma de los grupos subalternos tiene que ser de inestimable valor para el historiador integral.
Gramsci
Presentación
En los últimos años se han escrito en la Argentina una serie de trabajos que tienden a explicar la recuperación de la hegemonía por parte de la burguesía -entendiendo su pérdida en el sentido gramsciano de crisis de autoridad o crisis del Estado en su conjunto-, a partir de la política desarrollada por la dictadura militar instaurada en 1976. A modo de ejemplo daré cuenta de algunos de ellos:
1) Juan Villarreal (1984) señala que la crisis política posterior a 1955 se relaciona con las bases sociales del poder: una estructura social heterogénea en el campo de los sectores dominantes del capital y homogénea dentro de las clases subalternas con un peso mayoritario de los trabajadores industriales articulados políticamente en el peronismo.
Socialmente homogéneos y mayoritarios, los trabajadores en sus acciones de lucha frecuentemente desbordaron los límites que le imponía su conciencia peronista; fortalecidos por la heterogeneidad y contradicciones de los grupos dominantes comenzaron a presentarse a principios de los setenta como virtual amenaza al orden establecido.
Frente a este panorama se alzaba la incapacidad de los grupos dominantes de desarrollar un proyecto estabilizador que articulara sus distintos intereses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario