miércoles, 20 de enero de 2010

“Bolivia es un Estado integral que transita al socialismo y que inicia una década de oro”

Entrevista a Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia


La Prensa


Con un lenguaje “guerrero”, el vicepresidente Álvaro García Linera sostiene que el proyecto político del Movimiento Al Socialismo (MAS) ganó en 2009 la batalla iniciada en la rebelión de 2000. Asegura que se viene una década de oro para Bolivia, tras una década de turbulencia política. Y sostiene que el país se transforma en un Estado integral, en el sentido marxista gramsciano, que transita por una vía democrática hacia el socialismo. En esta entrevista, la segunda autoridad boliviana evalúa el primer mandato de Evo Morales Ayma y sus retos para los próximos cinco años.

¿Cuáles son los avances políticos que destaca en esta primera gestión gubernamental del MAS?

El primero es la extraordinaria descolonización de los sistemas político y estatal con el ascenso del presidente Evo y la presencia de indígenas en el Estado. Antes los indígenas eran ciudadanos de segunda categoría con derecho a voto, marginados del sistema de toma de decisiones mediante mecanismos invisibles, cuando son mayoría en nuestro país. El ascenso del presidente Evo marca un proceso de quiebre con toda la historia política y estatal boliviana e incluso colonial, de exclusión de los indígenas; sólo ese hecho coloca a Bolivia en la cúspide de los procesos de transformación en el continente; es el proceso revolucionario más importante desde la fundación de Bolivia porque la mayoría social deviene en presencia y mayoría políticas como ciudadanos, iguales, frente a los mestizos del mundo.

El segundo logro es el entierro del Estado neoliberal y patrimonialista del poder con la construcción de un nuevo Estado y Gobierno que tienen como núcleos articuladores a los movimientos sociales, lo que habla de un proceso de radicalización de la democracia. Avanzamos hacia un Estado de carácter integral, como diría (el pensador italiano marxista) Antonio Gramsci. Y la concreción en una nueva Constitución de toda esta transformación, de este nuevo bloque de poder, de estas nuevas estructuras de alianzas, de este desmontamiento del colonialismo y del patrimonialismo. Es la consagración escrita e institucionalizada de este proceso revolucionario que pasa a ser no sólo un hecho de fuerza, sino a convertirse en un hecho constitucional e institucional.

Rebelión-20/1-Leer

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