EL HORNO PAGA, LOS POOLS NO
El Gobierno eliminó la exención a fideicomisos financieros. Seguirá sin cobrarles a los fondos agrícolas. Pagarán los que financian el consumo.
El Gobierno eliminó ayer la exención del Impuesto a las Ganancias para los fideicomisos con los que las grandes cadenas de electrodomésticos financian sus ventas en cuotas. La medida encarecerá aun más las compras a plazo de artículos para el hogar, por las que hoy ya se pagan intereses superiores al 80% anual. Pero, a pesar de las promesas, la reforma excluyó a los pools de siembra, que mantienen sus privilegios impositivos. Las encendidas críticas que les dedicó el Gobierno durante el conflicto por las retenciones quedaron en la nada.
La decisión sumará unos 300 millones de pesos de recaudación y fue publicada en el Boletín Oficial mediante el decreto 1.207, que desató una ola de rumores durante todo el día en la City.
Como ningún funcionario explicó sus alcances, primero se especuló con que eliminaban las exenciones de Ganancias para las rentas financieras en general, como las que disfrutan quienes invierten en acciones, bonos o fondos comunes de inversión. Luego se dijo que haría regir el impuesto para todos los fideicomisos excepto los destinados a la obra pública, que maneja en su mayoría el ministro Julio De Vido.
Pero según los especialistas consultados, los únicos alcanzados son los fideicomisos financieros compuestos por cheques, títulos públicos o cupones de tarjetas de crédito. Es decir, los que se multiplicaron a partir del auge consumista de los últimos tres años y la expansión de cadenas como Frávega, Garbarino y Megatone.
Un gerente de Frávega que pidió no ser mencionado admitió que se trata de “una decisión de alto impacto” y agregó que “seguramente va a repercutir algo sobre las cuotas”. Igual negó que el mayor costo por el impuesto vaya a trasladarse íntegramente a los planes de financiación.
Aunque pasarán de no tributar nada a pagar el 35% de las ganancias que extraigan de los fideicomisos, las cadenas amortiguarían el golpe para no ahuyentar clientes. Hasta ahora el Estado les ofrecía una suerte de subsidio al no cobrarles impuestos: las que organizaban un fideicomiso captaban fondos contra la garantía de cupones de ventas con tarjetas de crédito y luego prestaban ese dinero a tasas muy superiores, a veces hasta del doble. Con esa bicicleta, casi convertidas en bancos, cubrían ventas con muy bajos márgenes y grandes plantillas de empleados que ahora podrían reducirse.
Aunque los podría haber incluido en la misma norma, la presidenta Cristina Kirchner decidió dejar de lado a los pools de siembra, a los que acusó de “realizar movimientos especulativos con los alimentos” y de obtener “rentas inusitadas en el mundo”. El contador Luis Biller, especialista del estudio González Fischer, aseguró que “la situación fiscal de los fideicomisos agrarios no cambia en nada por el decreto”. Lo confirmaron por la noche fuentes del Ministerio de Economía.
Según la normativa vigente, los pools organizados bajo la forma de fideicomisos no tributan Ganancias si sus beneficiarios son quienes aportan el dinero para solventarlos. El impuesto se paga sólo en cabeza de los inversores, pero con alícuotas muy inferiores. En vez de pagar el 35% de la renta obtenida, abonan entre el 10 y el 20%, según el resto de los ingresos del inversor.
El propio oficialismo parlamentario presentó semanas atrás un proyecto para aplicar Ganancias por ley a los pools. Pero el texto de los diputados Agustín Rossi y Patricia Vaca Narvaja no obtuvo siquiera despacho en comisión para ser tratado en el recinto.
En total, en fideicomisos hay invertidos unos 14.000 millones de pesos. Pese a la crisis financiera mundial, el nivel no dejó de crecer en el último año.
La decisión sumará unos 300 millones de pesos de recaudación y fue publicada en el Boletín Oficial mediante el decreto 1.207, que desató una ola de rumores durante todo el día en la City.
Como ningún funcionario explicó sus alcances, primero se especuló con que eliminaban las exenciones de Ganancias para las rentas financieras en general, como las que disfrutan quienes invierten en acciones, bonos o fondos comunes de inversión. Luego se dijo que haría regir el impuesto para todos los fideicomisos excepto los destinados a la obra pública, que maneja en su mayoría el ministro Julio De Vido.
Pero según los especialistas consultados, los únicos alcanzados son los fideicomisos financieros compuestos por cheques, títulos públicos o cupones de tarjetas de crédito. Es decir, los que se multiplicaron a partir del auge consumista de los últimos tres años y la expansión de cadenas como Frávega, Garbarino y Megatone.
Un gerente de Frávega que pidió no ser mencionado admitió que se trata de “una decisión de alto impacto” y agregó que “seguramente va a repercutir algo sobre las cuotas”. Igual negó que el mayor costo por el impuesto vaya a trasladarse íntegramente a los planes de financiación.
Aunque pasarán de no tributar nada a pagar el 35% de las ganancias que extraigan de los fideicomisos, las cadenas amortiguarían el golpe para no ahuyentar clientes. Hasta ahora el Estado les ofrecía una suerte de subsidio al no cobrarles impuestos: las que organizaban un fideicomiso captaban fondos contra la garantía de cupones de ventas con tarjetas de crédito y luego prestaban ese dinero a tasas muy superiores, a veces hasta del doble. Con esa bicicleta, casi convertidas en bancos, cubrían ventas con muy bajos márgenes y grandes plantillas de empleados que ahora podrían reducirse.
Aunque los podría haber incluido en la misma norma, la presidenta Cristina Kirchner decidió dejar de lado a los pools de siembra, a los que acusó de “realizar movimientos especulativos con los alimentos” y de obtener “rentas inusitadas en el mundo”. El contador Luis Biller, especialista del estudio González Fischer, aseguró que “la situación fiscal de los fideicomisos agrarios no cambia en nada por el decreto”. Lo confirmaron por la noche fuentes del Ministerio de Economía.
Según la normativa vigente, los pools organizados bajo la forma de fideicomisos no tributan Ganancias si sus beneficiarios son quienes aportan el dinero para solventarlos. El impuesto se paga sólo en cabeza de los inversores, pero con alícuotas muy inferiores. En vez de pagar el 35% de la renta obtenida, abonan entre el 10 y el 20%, según el resto de los ingresos del inversor.
El propio oficialismo parlamentario presentó semanas atrás un proyecto para aplicar Ganancias por ley a los pools. Pero el texto de los diputados Agustín Rossi y Patricia Vaca Narvaja no obtuvo siquiera despacho en comisión para ser tratado en el recinto.
En total, en fideicomisos hay invertidos unos 14.000 millones de pesos. Pese a la crisis financiera mundial, el nivel no dejó de crecer en el último año.
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