Una larga marcha de indígenas de tierras bajas contra la construcción de una carretera que atraviesa y divide en dos un parque nacional que es a su vez territorio indígena legal, ha provocado una aguda crisis política en Bolivia. Luego de una dura represión contra los indígenas, Evo Morales dio marcha atrás aunque le será difícil recuperar el prestigio que llegó a tener.
Después de recorrer 600 kilómetros durante 66 días, casi dos mil indígenas de tierras altas y bajas llegaron a La Paz, el miércoles 19 de octubre, donde fueron recibidos por cientos de miles que se volcaron a las calles, desbordaron la histórica Plaza San Francisco y entraron en la Plaza Murillo sede del Poder Ejecutivo a la espera de ser recibidos por el presidente Evo Morales.
La VIII Marcha Indígena comenzó el 15 de agosto en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) donde se pretende construir una carretera que atraviesa el parque. Fue reprimida el 25 de setiembre pero la reacción de la sociedad boliviana fortaleció a los marchistas convocados por Cidob (Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano) y continuó con más fuerza y con el apoyo de varias organizaciones sociales de tierras altas.
Todas las fuentes coinciden en que la llegada de la marcha a La Paz fue multitudinaria, que participaron desde amas de casa vendedoras y niños hasta empleados públicos y oficinistas en un clima de fuerte emoción en el que muchos lloraban[1]. Los marchistas rechazaron la protección policial (“Sabemos cuidarnos entre nosotros”, dijeron) y acamparon en la Plaza Murillo.
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La represión contra el campesinado - AlternativasEl pasado 18 de enero, en Egipto, una valiente joven dio un paso peligroso. Asmaa Mahfouz, de 25 años, integraba el Movimiento 6 de abril junto a otros miles de jóvenes que participaban en debates en Internet acerca del futuro de su país. El movimiento se creó en 2008 para expresar la solidaridad de los jóvenes con los trabajadores de la ciudad industrial egipcia de Mahalla. Más adelante, en diciembre de 2010, el joven tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló para protestar contra el sentimiento de desesperanza de su generación. Su muerte provocó el levantamiento en Túnez que derrocó al dictador que estuvo en el poder durante años, Zine el-Abidine Ben Ali.
Transgénicos y crimen organizado
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