Cuando el índice de desocupación bajó de a "un dígito" (es decir, por debajo del 10 %) una enorme campaña publicitaria del Gobierno K dio por sentado que habíamos conquistado la "estabilidad laboral" y no había razón alguna para preocupaciones y reclamos. Los festejos del "logro" duraron prácticamente un año. Un año aguantando a los lenguaraces del sistema que hablaban maravillas de los "resultados del plan económico". Hasta los llamados "medios opositores" concurrieron a la fiesta porque les convenía decir -como entonces- que "estábamos en el infierno" pero ahora si que estábamos bien.
Vino la crisis y el Gobierno K femenino gritaba a los cuatro vientos que las "medidas anticrisis" iban a hacer que en Argentina ni se sintiera. La burocracia sindical llegó incluso a negar que existiera la crisis, esa fue la primera declaración de Moyano que tardó dos meses en reconocer lo que todo el mundo sabía.
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