domingo, 16 de enero de 2011

¿Cómo se puede ser una segunda mamá en semejante miseria?

Egresado de 1956, el autor de esta columna volvió a la escuela Manuel Belgrano de Paraná y describe las sensaciones de ver el establecimiento en su actual estado

Camilo Abud
Lector de UNO

Querida Escuela Belgrano:
Hace unos días te visité. Entré con los recuerdos de Egresado en 1956.
Tu gran puerta y los largos escalones que unían Dirección con Secretaría. Las dos alas de aulas y el espacio de salida al patio y ascenso a la planta alta. A simple vista el hoy era parecido al ayer. Pero… ya no está la Biblioteca, ahora parece una cocina. Sobre la galería izquierda ya no están las placas de las distintas promociones. Las dos aulas y el baño de las maestras ya no son los mismos. Las aulas vacías, sin bancos, aulas que recuerdo lo grande que eran.
Con cinco ventanas inmensas por donde la luz solar nos ayudaba a ver mejor y en invierno el frío que por ellas entraba nos mantenía quietos, porque no había calefacción.
En la galería derecha ya no está la sala de ilustraciones. Quedan dos aulas y al fondo, el baño para alumnos… clausurado.
Decidí salir al patio. La gran puerta que daba al mismo tenía un cartel que decía: “Peligro. No abrir”. A pesar de ello, por una más pequeña logré salir al mismo. Ya no están los sanitarios centrales ni los grandes árboles que nos daban sombra los días de calor. Solamente quedaba la antigua casa de los porteros.
Pero me quedé con ganas de tocar la campana y acariciar el mástil que se inauguró en los 50 en la parte parquizada del patio, frente a la casa de la directora.
Volví para visitar la planta alta y en el ascenso, en los tres primeros escalones ¡dos rotos! tapados con madera floja. Luego del descanso y ya en el tramo final de esta rara escalera que tenía un cambio en la altura y el paso de sus escalones (una rareza que siempre recuerdo) pero al llegar a la planta alta ya no estaba el salón de música. Aquel gran salón con su escenario de madera y el viejo piano que con amor la señora de Bartolomé y la señorita Taleb tocaban enseñándonos nuestro Himno, las canciones patrias y las de nuestro folklore.

UNO-16/1-Leer Completo




“Yo soy la cuida árboles”
María de Lourde Cura, docente, presidenta de Amigos del Árbol
El Diario-16/1-Leer











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