Norberto Galasso - Jorge Altamira. Una dura polémica que ya lleva dos cartas de cada lado, y en la que ahora interviene el historiador Pablo Pozzi.
El historiador Norberto Galasso y el dirigente del Partido Obrero (PO) Jorge Altamira entablaron una polémica pública, iniciada por una carta abierta del primero. En el artículo que reproducimos a continuación para las y los lectores de ANS, el historiador Pablo Pozzi sienta postura de forma contundente ante lo que considera "un ataque generalizado a la izquierda" por parte de Galasso. Más allá de los protagonistas involucrados, esta polémica es un indicador del momento político que atraviesa nuestro país, de las complejidades y contradicciones que plantea el proyecto kirchnerista y del rol de la izquierda en esta coyuntura. Un debate necesario.
Galasso, “el canguro intelectual”
Por Pablo Pozzi
Los colegas nunca cesan de sorprenderme. En este caso, Norberto Galasso, que yo tenía como una persona respetable, se sumó al montón en una carta abierta a Altamira y al PO que, realmente, es un ataque generalizado a la izquierda. Sus argumentos, supuestamente contundentes son de tipo histórico y político y se pueden resumir en las siguientes hipótesis:
1- El también cree en una sociedad igualitaria.
2- Él también leyó a los marxistas.
3- La izquierda es pequeña en número, cree en una revolución perfecta, aunque son “generosos y utópicos”, de hecho no tiene peso electoral.
4- La izquierda tiene teorías justas pero en la práctica colabora y resulta aliada de la derecha.
5- Así “la izquierda abstracta” atacó a Yrigoyen y a Perón igual que ahora ataca a los Kirchner abonando el avance de la derecha.
6- Yrigoyen era mejor que Uriburu, Perón mejor que Aramburu y los K mejor que Duhalde y compañía.
7- De llegar Duhalde y cía al poder esto causará una debacle represiva tan terrible o peor que la de 1976.
8- Los K tienen limitaciones y algunas contradicciones.
9- La Izquierda nacional tuvo sus errores pero siempre tuvo en claro quién era el enemigo principal.
10- En cambio “la izquierda abstracta” confunde al enemigo llevando así a su militancia a la muerte, sumando luto y desgracias.
En esta mezcla de planteos históricos y políticos se ocultan contradicciones, confusiones, y mentiras. Más aun, lo peor es que demuestra que el historiador Galasso acomoda su historia a sus necesidades y veleidades políticas.
Para empezar no se trata de “creer en una sociedad igualitaria”, sino en trabajar y construir para que exista. Con leer a los marxistas eso no alcanza. Leer no quiere decir comprender, y comprender no quiere decir actuar. De ahí el aforismo de que el marxismo es una guía para la acción. Las lecturas de Galasso (en la suposición que las haya comprendido) nunca le alcanzaron para contribuir a la construcción de esa sociedad igualitaria en la que pretende creer. De hecho, la Izquierda Nacional siempre se las arregló para alinearse con el poder de turno.
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