Por Ricardo - Tuesday, Jul. 22, 2008 at 3:28 PM
Argentina tiene a Harry Potter. El mago más famoso de los niños y adolescentes vive en nuestro país. Harry es el nombre artístico de Néstor Kirchner, el único mago que logró crear una línea aérea sin aviones (Lafsa), una petrolera sin pozos (Enarsa) y sacar dineros de una provincia una vez y hacerlos volver tres, aunque se sigue sin saber dónde están.
Vive en Calafate
Harry Potter es Argentino
Por Marco Antonio
Argentina tiene a Harry Potter. El mago más famoso de los niños y adolescentes vive en nuestro país. Harry es el nombre artístico de Néstor Kirchner, el único mago que logró crear una línea aérea sin aviones (Lafsa), una petrolera sin pozos (Enarsa) y sacar dineros de una provincia una vez y hacerlos volver tres, aunque se sigue sin saber dónde están.
El último truco de Harry K sobrepasó las expectativas de la comunidad internacional de ilusionistas. Luego de las últimas dos décadas, solamente el mago patagónico podía hacer volver a alguien de la ultratumba: logró que un radical fuese aplaudido en el país, buscado por los medios de prensa para conocer su opinión sobre la política y economía nacional, y encima, que sea elogiado por casi toda la dirigencia política, de una punta a la otra.
Increíble, es cierto. Inesperado. El sapo se hizo príncipe, y Cleto se transformó en Julio César, al menos en sus cinco minutos de gloria. Ya era parte de un truco espectacular que un radical gorila integrase una fórmula presidencial de un combo neoperonista, o peronismo new age. Pero que la tibieza característica de un radical, encima desde el ostracismo vicepresidencial, sea el hecho político de los últimos meses, dice bastante.
Los fierros mediáticos, como descubrió el kirchnerismo luego de darle todas las balas, había catapultado a Alfredo De Angeli como la figurita del conflicto. Hasta un libro se editó sobre el “chacarero” arrendatario sojero que en cuatro meses de conflicto todavía no supo decir, y esquivó con éxito, cuál es la rentabilidad “del campo”. Ningún medio había puesto fichas en Julio César Cleto Cobos, salvo cuando se había propuesto mediar y hacer de puente a un proyecto parlamentario, un mes antes que le rascara las hemorroides a la presidencia.
Lo más sorprendente es que el kirchnerismo se sienta sorprendido por las “traiciones” de Cobos y Felipe Solá. La presbicia propia del presidente K creo al monstruo que le pegó en su línea de flotación.
Según los Kirchner, los Fernández y los demás integrantes que custodian la Banda Presidencial , así como Cristina Kirchner era el cuadro más importante de las últimas cinco décadas, la derecha había tenido tapada a la contraparte, según la concepción K: Cecilia Pando.
La Pando , desde la óptica verbitskirchnerista, logró convocar a una movilización a Plaza de Mayo con un megáfono. Luego fue la piedra angular del acuerdo político del conservadurismo reaccionario en su frente más grande de la historia latinoamericana: el Papa Ratzinger se alineó el proyecto Pando y ordenó a Bergoglio que pusiera todo el aparato eclesiástico a disposición de la exégeta de Videla; en cuanto a los medios, Pando acordó una campaña de hostigamiento internacional desde el Financial Times, el Wall Street Journal, el New York Times y El País de España, en un trabajo de pinza con la desestabilización interna encabezada por el Grupo Clarín y La Nación.
En el plano político Pando acordó que el MST y el PO apoyaran a la Sociedad Rural y Eduardo Buzzi se abrazara con Miguens como brazo izquierdo del proyecto obrero-campesino, mientras que del otro lado la propia Pando habría rosqueado el frente entre Juez, Carrió, los hermanos Rodríguez Saá, los Duhalde, la carne resurrecta de Menem, con el Lole sojero de Santa Fe. A nivel gubernamental, según la teoría inicial del conflicto, Pando también amotinó a Binner, Das Neves, Romero y Schiaretti. Por si fuera poco, ahora resultaría que Antonini Wilson no era un infiltrado de la CIA , sino que respondería al aparato pandogolpista.
Pando es una grosa. ¿Dónde está Pando?
Néstor Kirchner y la mencionada Banda Presidencial creyeron haber formado una fuerza militante adoctrinada luego de tres décadas de proceso revolucionario.
Así como se bañó en el Jordán y nació en el 2001 para decir que no participó de la entrega de la infamia menemista, Kirchner se purificó nuevamente para negar que Duhalde fuera el artífice de su casual llegada a la presidencia. De hecho, la primera señal de vida económica, dada en el interinato duhaldista luego del golpe interno (del que Kirchner nunca dijo nada) contra un Adolfo Rodríguez Saá que debió huir de Chapadmalal a San Luis, Kirchner se quiso apropiar del inicio de la reactivación económica. Igual a las banderas de los DDHH que le desgarran la carne, según él, de toda la vida, aunque de los años de las leyes de impunidad e indultos tampoco se le conoce la palabra.
Kirchner tampoco dijo nada sobre el crimen de Kosteki y Santillán, pero acusa a los que lo silenciaron, encabezado por el Grupo Clarín, que publicó las fotos que inculpaban a Franchiotti dos días antes de publicarlas.
Y así las cosas, Kirchner como niega que exista la inflación, de hecho llegó a afirmar que los precios bajaron, cree que la militancia forjada a chequera es la fuerza histórica de renovación. Y se quiso blindar para una batalla contra la SRA , Clarín y la Iglesia con organizaciones sociales inventadas en su gobierno, organizaciones de juventud paridas hace un par de años, y la compra directa de otros que se ofrecieron para hacer de lo que hoy acusan al resto: traicionar.
El kirchnerismo supone encarnar un movimiento ideológico de convicciones inquebrantables, mientras que el resto está conformado por la clase de dirigentes mercantiles como Saá, que se abraza con Menem luego que este lo incendiara en un telo puntano. Desde el CELS, Horacio Verbitsky había denunciado a Aldo Rico como instructor de comandos de la represión. Rico es asesor oficialista en el Senado en el cual Pichetto putea la traición de Cobos.
En esta lógica de la redención, Kirchner tiene un baptisterio que purifica a quien pasa por él, borra su pasado y se transforma en el más noble militante popular que sólo actúa por convicciones, como un cuadro del FKLN (Frente Kirchnerista de Liberación Nacional).
Felipe Solá fue el primer gobernador que asumió el alcahuetismo cristinista, y mientras todos apostaban a la reelección de Néstor Kirchner, el bonaerense salió a postular a la entonces senadora. Casi un año antes que el resto. Luego encabezó la lista oficialista para diputados ante la ausencia inédita de dirigentes que le puedan armar la principal provincia argentina, y lógicamente pidió la presidencia de la Cámara o un cargo en el Gabinete de CFK. Le negaron ambas posibilidades, lo mandaron al carajo, y además de su origen agrario, Kunkel lo califica de hijo de puta.
Algo parecido pasó con Cobos, que para entrar al baptisterio kirchnerista tuvo que traicionar a la UCR. Le prometieron porciones del gabinete en el marco de la “Concertación Plural” pero ipsofácticamente le hicieron sentir el rigor que le tocó a Scioli en su momento: al ropero a patadas en el culo. Condenado por Hebe y D’Elía al ostracismo por tener el tupé de proponer dirimir en el Congreso la cuestión de las retenciones móviles, Cobos encontró la brecha por la cual sentirse una estrellita.
En lo sindical no ocurre nada diferente. Barrionuevo pasó por la purificación y luego de incendiar ante las cámaras las urnas de Catamarca, se arrimó al fogón K que eligió como modelo sindical a Hugo Moyano devenido en Agustín Tosco, y como dice el Manual del Buen Patagónico, el resto es traidor.
D’Elía expresó el pensamiento puro del kirchnerismo: pidió la rendición incondicional de la otra banda, la Banda Oligárquico Mediática (BOM). Pero el FKLN había puesto como condición hace años que para ser aliados del gobierno también había que ir de rodillas. Fue así entonces como sólo se quedaron con profesionales de la felatio.
Kirchner creyó que estaba enfrentando a los indefendibles represores de la Dictadura , y se mantuvo convencido que la fuerza del FKLN era más que suficiente, sino no se comprendería los palazos a los potenciales posibles aliados circunstanciales de los que pudo haberse valido en muchísimas oportunidades. Pensó que D’Elía y Emilio Pérsico podía parar a la CIA , y Kunkel con Verbitsky eran harto suficientes para doblegar a Soros y la SRA. Con un puñado y con una chequera malacostumbrada Kirchner creyó que podía enfrentar al “Poder” del BOM. Es hora de aprender que al poder no se lo confronta moviendo gente con enunciado de un relato, que es bastante diferente a movilizar al pueblo convocado por causas irrenunciables concretas.
Es hora que los Kirhcner se hagan cargo. El pánico a una Plaza de Mayo llena de cacerolas hizo ver un bloque de poder golpista donde no lo había. La esquizofrenia porteña ya no hace falta describirla más que con los súbitos apoyos a Zamora, para abrazar a Macri, y del piquete al acto de la SRA hay un paso. Amen de esto, estallan otras calenturas que confluyeron, y por haber sido manipuladas, no dejan de ser ciertas.
El relato de la inflación inexistente, no impacta únicamente en los intereses de los bonos atados a los precios, sino en los ajustes salariales, los cuales las paritarias sirven para arrimarlos durante seis meses, mientras que la segunda mitad los trabajadores vuelven a perder y retroceder ante la concentración. Lo mismo corre para las jubilaciones, y peor.
En casi cinco años de crecimiento del PBI sin par en la historia argentina, gran parte del sistema de hospitales públicos está en peores condiciones que en 2001. Los anuncios incesantes de nuevos hospitales se autodestruye cuando los que están no funcionan como corresponden. El relato de respuesta a la demanda a la vivienda corre la misma suerte cuando en el plazo planificado por el Ministerio de Planificación, de 300.000 casas se hicieron apenas el 1%, pero se sigue subsidiando a las empresas de transporte, que encima, no mejoran el servicio.
El “fracaso” del modelo kirchnerista y la cartera de más caja, la de Julio De Vido, se patenta con la suba de las tarifas de energía eléctrica para reducir los subsidios a las privatizadas y concesionarias, en vez de haberlas obligado a bajar las tarifas con un aumento en la oferta de energía luego haber realizado las inversiones necesarias.
De todos modos no se puede hablar de fracaso ya que el desmadre está completamente planificado.
Supuestamente por la varita mágica de Harry K, entramos al siglo XXI por la estación de un tren bala, donde la redistribución de la riqueza no tiene par, y los salarios van en avión, cae la inflación y la medicina y educación privada no tienen razón de existir ante el florecimiento de hospitales y escuelas públicas.
Debajo se construye la realidad que va a perdurar, en esa “Argentina profunda” como dice la mandataria donde el hambre sigue pegando en el estómago de los santiagueños, proliferan las villas miseria y crece el consumo de drogas baratas para generaciones con el futuro rematado. Pero para entonces, Harry K se habrá ido.
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