Por ABC Digital - Saturday, Jul. 26, 2008 at 1:57 AM
Los guaicurúes, promeseros emplumados y enmascarados, honran hoy a San Francisco Solano, protector de la compañía Minas, de Emboscada. En la ocasión, ofrecerán el tradicional rito del “Guaicurú Ñemonde” al patrono.
EMBOSCADA (Cirilo Ibarra, corresponsal). La misa de clausura del novenario se realizó el martes, a las 18:00, la serenata al santo patrono y el tradicional “Rezo del Alba”, que se llevó a cabo en la madrugada de ayer, formaron parte de la maratónica celebración en honor de San Francisco Solano, venerado en la compañía Minas, ubicada a unos cinco kilómetros del centro urbano de esta ciudad.
En el transcurso de la tarde de ayer la imagen del patrono fue trasladada a la casa de la familia Mendieta Gómez, para ser adornada. Posteriormente, alrededor de las 17:00, con el acompañamiento de una banda de los guaicurúes, regresó en procesión al oratorio erigido en su homenaje.
El oratorio fue construido hacia el año 1933, pero la tradición de los legendarios y pintorescos guaicurúes comenzó a fines de la década de 1910. La imagen del patrono fue tallada en madera por un artesano de Tobatí, según la historia que se difunde en la comunidad.
La liturgia de clausura del novenario fue presidida por el párroco de Emboscada, padre Horacio Ortega Gini. El sacerdote pidió a la comunidad que no se esmere solamente en resaltar la tradición, sino que ponga en práctica las enseñanzas del santo protector.
Agregó que es necesario participar en los actos con gran espíritu religioso, “para seguir teniendo la bendición de San Francisco Solano”.
Ceremonia central
La misa central en honor a San Francisco Solano está programada para las 09:00 de hoy. Será presidirá por el rector del santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé y vicario general de la diócesis de Caacupé, presbítero Modesto Martínez.
Luego se realizará la tradicional procesión de la imagen del patrono, que será encabezada por los promeseros guaicurúes.
Los promeseros
Como cada año, devotos de todas las edades acudieron al oratorio ataviados con los trajes de plumas, máscaras o caretas. Al son de tambores y platillos ofrecieron sus danzas al patrono. De esta forma, los promeseros renuevan su fe cristiana y su dignidad de persona.
Los protagonistas aseguraron que San Francisco Solano es un santo milagroso, en especial cura las afecciones de salud. Hasta una resurrección adjudican al santo, según relató Andresa Agüero, una promesera de 71 años, quien aseveró que nunca faltó a una celebración en la comunidad de Minas.
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