lunes, 22 de marzo de 2010

El castigo fiscal de la Rosada por el Impuesto al Cheque puede doler más

La discusión acerca de la coparticipación total del impuesto al cheque devolvió al centro de la escena las viejas rispideces entre la Nación y las provincias. El reparto de la totalidad del tributo le significaría una baja de entre 10.000 y 11.000 millones de pesos a la Rosada, que pasarían a aliviar los rojos fiscales de las provincias. Según cálculos privados, esta modificación tributaria cubriría el 45% del déficit de Buenos Aires. La Nación tiene el poder, a través del manejo de fondos discrecionales, de recuperar por un lado lo que pierde por el otro. Pero dejaría de tener a los gobernadores comiendo de su mano.

Los aires de la restablecida democracia ayudaron a que el país saldara una cuenta pendiente y en 1988 se sancionó la ley 23.548, que estableció el Régimen Transitorio de Distribución de Recursos Fiscales entre la Nación y las provincias. Como su nombre lo indica, la normativa no tenía un carácter definitivo, sino que estaba previsto que no durara más de dos años. Pero veintidós años después, y con varias modificaciones, sigue siendo la base de la distribución federal de la recaudación tributaria.

Aquella ley sufrió una de sus modificaciones más importantes en 2002 y respondió a los cambios estructurales de la economía que quedó después de la crisis. Fue allí donde se introdujo la coparticipación del 30% del impuesto a los créditos y débitos bancarios, normalmente llamado impuesto al cheque.

Crítica-22/3-Leer

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