lunes, 29 de marzo de 2010

Todos son fieles pero quieren otra ley de coparticipación

Los gobernadores que hoy almorzarán con Cristina Fernández de Kirchner no saben si participarán de un diálogo o si, como es habitual cada vez que invita la Presidenta, escucharán un largo monólogo interpretado desde un atril. Si tuvieran oportunidad de hablar, casi todos ellos tocarían una cuerda que el kirchnerismo quiere escuchar: la importancia de una nueva ley de coparticipación federal de impuestos. Una idea que Néstor Kirchner echó a rodar en Chaco junto a Jorge Capitanich y que intenta relegar a un segundo plano la posibilidad de avanzar en la coparticipación de la totalidad de lo recaudado por el impuesto al cheque, como propone un proyecto de la oposición que está a punto de tener media sanción del Senado. El kirchnerismo ofrece discutir sobre los más de 37 mil millones de pesos de la masa coparticipable para poner a resguardo los alrededor de 10 mil millones que se recaudan por el impuesto creado en 2001 por Domingo Cavallo.

Unos 17 gobernadores del oficialismo estarán presentes en el quincho de la residencia. Todos ellos incondicionales de Néstor y de Cristina. No por casualidad Eduardo Duhalde había mojado las orejas de los gobernadores el último sábado cuando dijo que los mandatarios no se atrevían a reunirse entre sí porque Néstor Kirchner “montó una especie de estado policíaco que está controlando permanentemente” a los mandatarios provinciales. Así se explica la cantidad de declaraciones en contra que sumó la iniciativa de la oposición para distribuir los 10 mil millones del impuesto al cheque. Los gobernadores oficialistas las hicieron después que el gobierno nacional los amenazó con retirarles los fondos que reciben por el Programa de Asistencia Financiera y por el Fondo de la Soja.

Crítica-29/3-Leer




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