Ese cobarde asesinato se enmarca en una campaña de terror desatada por los cuerpos represivos del Estado hondureño a partir del golpe cívico-militar del 28 de junio de 2009, que ha cobrado la vida de más de medio centenar de miembros de la Resistencia y ha violado los derechos humanos de miles de hondureños.
Una vez más el gremio magisterial y el pueblo en resistencia de Honduras llora a sus muertos y denuncia la ola represiva desatada contra los miembros de la Resistencia.
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