sábado, 29 de mayo de 2010

La alternativa Ecosocialista: Devastación capitalista o nueva civilización

Por Gustavo Fernández Colón*

La más grave faceta de la crisis por la que atraviesa el sistema capitalista mundial no es la quiebra de las corporaciones financieras, ni la recesión de la economía global, ni la deslegitimación de sus instituciones de control político. La mayor amenaza a la continuidad del modo de producción capitalista es la crisis ecológica causada por la devastación irracional de la naturaleza, hasta el punto de poner en riesgo la capacidad de autorregeneración de los ecosistemas de los que depende nuestra supervivencia.
Para muchos analistas, sin embargo, un nuevo ciclo largo de crecimiento económico estaría a punto de despegar gracias al empuje de países como China y la India, hoy convertidos en los mercados más apetecibles para el capital transnacional en razón de su abundante mano de obra barata y “desregulada”. Lo que no suelen revelar los analistas es que las altas tasas de crecimiento del PIB de China, superiores al 10% anual, resultan cifras engañosas si se toma en cuenta que no contemplan los gravísimos pasivos ambientales y sociales generados por el “socialismo de mercado” adoptado por esta nación desde 1979. En efecto, ya desde finales de los noventa, “el Banco Mundial calculó que la contaminación le cuesta al país el equivalente al 8% de su producción anual. Es decir, que el envidiable crecimiento de China (…) se ve prácticamente neutralizado por costos ambientales [y sociales] ocultos, como la reducción de la esperanza de vida y la disminución de la tierra cultivable” [1].
Pero no sólo las economías de China y la India se verán forzadas a incluir en su contabilidad, tarde o temprano, las inmensas pérdidas patrimoniales causadas por el calentamiento global y los desastres climáticos, el agotamiento y la contaminación del agua, la deforestación y la desertificación de los suelos, la contaminación química de los alimentos, la disminución de las reservas de peces silvestres, la extinción masiva de especies vegetales y animales, el agotamiento y carestía de las energías no renovables, la sobrepoblación y contaminación de las ciudades, los flujos migratorios y las pandemias; sino que todos y cada uno de estos pasivos ambientales deberán ser pagados, puntualmente, por la humanidad entera.
Las facturas generadas por el cambio climático, por ejemplo, ya han comenzado a alarmar a algunos sectores del capitalismo financiero como las empresas aseguradoras. En el año 2000 un grupo de investigadores dirigido por Andrew Dlugolecki, perteneciente al CGMU Insurance Group (el mayor grupo de compañías de seguros de Gran Bretaña), publicó un reporte según el cual los daños causados a la propiedad por el cambio climático a escala mundial, muestran una tasa de crecimiento del 10% anual. De mantenerse esta tendencia, para el año 2065 la curva ascendente de las pérdidas se cruzará con la curva de crecimiento del Producto Mundial Bruto, estimado en un 3% anual.

Venezuela Contaminada-29/5-Leer

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