Más allá de los obstáculos que pusieron los nobles y la Iglesia a la difusión de ideas liberales, en el Virreinato del Río de la Plata se comenzó a forjar un pensamiento crítico al orden establecido que legitimaba el gobierno monárquico católico español, íntimamente relacionado con el clero.
Producto de la invasión francesa a España, de intereses económicos y las premisas forjados en el continente por las revoluciones burguesas, en mayo de 1810 se desencadenaron una serie de acontecimientos que generaron una sublevación que constituyó en Buenos Aires la Primera Junta. Ese movimiento, culminó con la independencia de Argentina de la Corona española, proceso rechazado por la cúpula de la Iglesia Católica.
Los obispos de las diócesis de Buenos Aires, Córdoba y Salta, se opusieron discursivamente y pragmáticamente a la emancipación de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
AIM-24/5-Leer
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