La marcha de pueblos originarios llegó ayer a Buenos Aires, en coincidencia con las celebraciones del Bicentenario y tras haber atravesado el territorio argentino, para reclamar un Estado plurinacional, el reconocimiento de su derecho a la tierra y su defensa contra las actividades extractivas.
"Jallalla" (viva en aymara), "La tierra robada será recuperada" y "La tierra no se vende, la tierra se defiende", eran las consignas que gritaban miles de personas de pueblos originarios en su llegada a la Plaza Mayo. Este reclamo de plurinacionalidad se plantea en un país con 30 naciones, pero en el que la mayor parte de los indígenas fueron exterminados, llevados al hambre, la pobreza y el olvido, no sólo por la conquista española hace 500 años, sino también por el poder local, marcado por una concepción militar, que surgió tras la independencia hace 200 años. La demanda se asemeja a la que lograron imponer los pueblos originarios en Bolivia, tras la reforma constitucional realizada bajo el gobierno de Evo Morales. Otros de los reclamos de estos pueblos son la oposición a las actividades extractivas, como el rechazo a la minería, por su nivel de contaminación, y el derecho a las tierras ancestrales. Hace ocho días, los indígenas partieron de tres puntos del país en colectivos y caminando, en una marcha dura, lenta y de resistencia, antes del comienzo de las celebraciones oficiales por el Bicentenario de la independencia.
"Jallalla" (viva en aymara), "La tierra robada será recuperada" y "La tierra no se vende, la tierra se defiende", eran las consignas que gritaban miles de personas de pueblos originarios en su llegada a la Plaza Mayo. Este reclamo de plurinacionalidad se plantea en un país con 30 naciones, pero en el que la mayor parte de los indígenas fueron exterminados, llevados al hambre, la pobreza y el olvido, no sólo por la conquista española hace 500 años, sino también por el poder local, marcado por una concepción militar, que surgió tras la independencia hace 200 años. La demanda se asemeja a la que lograron imponer los pueblos originarios en Bolivia, tras la reforma constitucional realizada bajo el gobierno de Evo Morales. Otros de los reclamos de estos pueblos son la oposición a las actividades extractivas, como el rechazo a la minería, por su nivel de contaminación, y el derecho a las tierras ancestrales. Hace ocho días, los indígenas partieron de tres puntos del país en colectivos y caminando, en una marcha dura, lenta y de resistencia, antes del comienzo de las celebraciones oficiales por el Bicentenario de la independencia.
Pasado el mediodía, una columna de organizaciones sociales, sindicatos y algunos pueblos originarios se movilizaron hasta el obelisco capitalino para esperar a la columna de los que marchaban desde el interior, encabezados por sus dirigentes, entre ellos la de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala.
Luego, la marcha se dirigió hacia la plaza, donde las Madres de Plaza de Mayo la recibieron entre aplausos de personas que se encontraban allí en forma autoconvocada. "Cinco siglos resistiendo, cinco siglos de coraje", cantaban algunos grupos acompañados por sus xicus, vestidos con ponchos y gorros autóctonos.
Télam-AIM-21/5
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