miércoles, 1 de septiembre de 2010

La soberanía comunitaria

Claridad/Rebelión


Definitivamente, “tomar” el poder del Estado es más fácil que refundarlo. De ello da testimonio inequívoco el destino de las revoluciones rusa y china, dos de los más grandes acontecimientos históricos del pasado siglo veinte.

Desde su estadocentrismo, con su llamada “democracia popular” timoneada por elites burocráticas, ambas ignoraron que la revolución es permanente o no es revolución, es decir, que de lo que se trata en última instancia es de la refundación del tiempo histórico. Y la refundación no anida, en última instancia, en el cálculo económico del capital, sino que en la constitución de un nuevo orden civilizatorio arraigado en lo común y, como tal, portador de unos nuevos fines éticos como palanca del desarrollo y el bienestar, como bien advirtió el Che Guevara.

La constitución de una nueva hegemonía sólo es posible a partir de la construcción de una nueva sociedad. He ahí el eje de cualquier proceso revolucionario, la transformación de las relaciones de orden vital, y no la mera apropiación del aparato estatal.

Rebelión-1/9-Leer

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