martes, 21 de septiembre de 2010

Trazo grueso - Análisis político militante

- El dato mas saliente en la coyuntura mundial es el debilitamiento de Estados Unidos, que aún puede subordinar a Europa, pero no puede evitar la emergencia de un nuevo poder mundial sustentados en regímenes burocráticos (China), autoritarios (India, Irán, Rusia), o burgueses democráticos (Brasil), con capacidad de absorber los mayores costos de la crisis global y de organizar sus propios circuitos financieros y comerciales, con independencia de la gran potencia hegemónica.

- Este nuevo poder mundial da un paraguas a nuevos alineamientos y acciones políticas que se expresan en forma mas asociada como en Latinoamérica ( UNASUR) , pero también en forma aislada en distintos pueblos que reclaman su autodeterminación ( Groenlandia, Escocia, País Vasco) y potencia actitudes soberanas en países de regímenes muy diferentes como Turquía y Venezuela.

- Desde el punto de vista de una perspectiva socialista la crisis mundial y el cuestionamiento a la globalización, no ha podido ser capitalizada políticamente en el primer mundo por la izquierda, ni generado beneficios para las masas trabajadoras. Por el contrario amenaza con terminar de liquidar el Estado de bienestar en la mayoría de los países de Europa y hacer naufragar las tibias reformas que propuso Obama. Solo hay posibilidades de avance en países donde su pueblo trabajador contaba con una acumulación previa en experiencia y organización, y sus luchas están vinculadas a demandas nacionales. Por el carácter progresista de sus gobiernos las mejores posibilidades de avance en America Latina se expresan en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Por la experiencia acumulada de su pueblo, se repite la esperanza de Bolivia y se agrega la Argentina. La gran incógnita parece ser Cuba que enfrenta una brusca racionalización del empleo público.

-- El modelo político y económico vigente en la Argentina es un modelo centralista-extractivo-exportador, que en lo sustancial conforma a los grandes grupos económicos y que es compartido por las fuerzas políticas con posibilidades de acceder al gobierno, lo que garantiza su continuidad.

-- Los grupos económicos constituyen una burguesía multinacional con perfil exportador, monopolizando las empresas públicas de servicio, y la producción de bienes destinados al mercado interno.

-- Existe una fuerte polarización política entre grupos políticos que disputan el gobierno y la sucesión política, con fuertes cruces de discurso entre quienes se presentan como progresista y como conservadores. Matrimonio Gay, Derechos Humanos, etc...

-- El gobierno ejecuta algunas políticas que morigeran las consecuencias del modelo: asignación familiar, plan Argentina Trabaja, subsidio para pequeños productores, y limitan el accionar represivo.

-- La oposición por derecha denuncia consecuencias del modelo (hambre, pobreza), pero no acompaña las políticas morigeradoras y es más favorable a políticas represivas o de mano dura.

-- El proceso politico post-2001 visto en el tiempo propone una relegitimación de lo institucional y de la clase politica en particular, desde la refirmación del bipartidismo y un discurso de centroizquierda atenuado que es funcional a la dominación de los grupos económicos y es cada vez mas condescendiente con las corporaciones. Desde esa lógica lo mas natural sería que a Cristina la sucediera Cristina, Alfonsin o Sola. Y no Kirchner, Duhalde o Macri.

-- La oposición por centroizquierda tiene una política oscilante y se asienta en una construcción social muy endeble. Sobre esas debilidades se asientan las políticas de cooptación del kirchnerismo, o las políticas de utilización de las opciones de derecha. Con todas esas limitaciones le alcanza para ocupar un espacio electoral muy superior a la suma de todos los partidos de izquierda. La incógnita no es si va sumar o no legisladores, sino a que proyecto van aportar esos legisladores electos.

- La izquierda tiene una posición de oposición automática que la marginaliza de los debates políticos (PO, PTS), o políticas mas flexibles que intentan colarse en las fisuras de ese debate con resultados dispares: Ejemplos: apoyo del MST y el PCR a la Comisión de Enlace; apoyos de grupos como el FPDS y la corriente crítica de la CTA a la Ley de Medios o la Estatización de las AFJP.

- El problema de la izquierda es generar una acumulación política autónoma basada en una sólida construcción social, en generar hechos propios que inserten nuevos temas de debate, pero también de tener la capacidad de insertarse en el debates cuya agenda no maneja, y de realizar alianzas que proyecten su liderazgo, sin dejarse atraparse por las políticas de cooptación o utilización política de los dos polos que hegemonizan la disputa política superestructural.



Los dilemas de la izquierda.



La crisis del 2001 pone a la luz todas las potencialidades y carencias de las fuerzas populares en Argentina.

Por un lado hace visible la emergencia de nuevos sujetos y una nueva camada de dirigentes sociales y políticos y por otro desnuda las limitaciones de los partidos tradicionales y el sindicalismo combativo. Demuestra que en conjunto hay una acumulación de fuerzas suficientes para derribar un gobierno, pero insuficientes para capitalizar la crisis.

El relato dominante sobre la crisis del 2001 propagandiza una lectura espontaneísta y autonomista que alienta el desarrollo de expresiones políticas que demuestran su incapacidad para enfrentar la ofensiva del kirchnerismo. En muchos casos referentes y organizaciones de “la nueva política” terminan cooptados, o practican un apoyo vergonzante al oficialismo.

El fracaso de estas apuestas contribuye al rebrote de viejos actores y concepciones políticas como las que encarnan los partidos tradicionales de izquierda, la CTA y Proyecto Sur, que vuelven a jugar un papel dominante a partir del 2006.

La nueva crisis política que genera el conflicto Campo-Gobierno, vuelve a denunciar las limitaciones de estos actores.

En paralelo a estas idas y venidas de nuestra izquierda se ha ido desarrollando una lenta acumulación de fuerzas políticas muy insertadas en lo social, pero con fuertes vinculaciones con el debate de los movimientos populares latinoamericano.

No es casualidad que esas fuerzas políticas hayan tenido protagonismo en los últimos años en los tres grandes conflictos que han introducido nuevos debates en la agenda que intentan controlar y polarizar el gobierno y la oposición potable: El conflicto ambiental, el conflicto por el Argentina Trabaja y el conflicto de los secundarios.

En el proceso de quienes han sido protagonistas de esta acumulación hay signos de vitalidad y maduración (la creación de COMPA es un buen ejemplo), pero también de desgaste y agotamiento (que se expresa en toda la generación del 2001), que esperemos pueda ser resuelto por un recambio generacional (y esto le da un plus a la lucha de los secundarios).

Como saldo del período anterior (1997-2009) hay centenares de activistas en los territorios, algunas empresas y en los lugares de estudio, insertados naturalmente y con experiencia de lucha.

La formación política integral de esos activistas de base y la promoción de genuinos liderazgos políticos populares (apelando a todas las instancias de proyección disponible), parecen ser dos tareas a las que tendremos que dedicarle nuestros mejores esfuerzos .



Guillermo Cieza
FPDSantillán-COMPA
21/9/2010

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