Cristina Sánchez es la superiora de la orden de Jesús-María en Sant Gervasi. Sefa Amell forma parte de Església Plural y fue presidenta del Col·lectiu de Dones en l'Església. La primera me cita en el centro que la orden tiene en la parte alta de Barcelona, un majestuoso edificio de finales del siglo XIX. La segunda, en el corazón de la capital, en el señorial palacio de Savassona, sede del Ateneu Barcelonès desde 1906. Dos sitios nobles y destacados de la vida religiosa y cultural de la ciudad.
Ambas gesticulan, se sientan con el cuerpo inclinado hacia el interlocutor y transmiten emoción. Amell es impulsiva en las respuestas. Sánchez se detiene más a meditarlas. Quizá, como licenciada en Filología, quiere encontrar los términos precisos para cada interrogante.
«Las mujeres no pintamos nada -dispara Amell sin vacilar-.
En la Iglesia católica estamos al mismo nivel que en el islam, solo que nosotras vivimos una situación diferente porque la sociedad nos da alas. Sin ella, estaríamos en la hoguera.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario