El ingeniero en petróleo Miguel Galuccio será el presidente de YPF estatal, anunció la presidenta, Cristina Fernández, en un acto en la Casa Rosada. El 16 de abril, el profesional presentó en Londres su renuncia a Schlumberger, una de las dos mayores compañías globales de servicios petroleros, que mantiene relaciones comerciales con las Malvinas, y que llevó invitado al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, para explicarle la técnica del fracking, posiblemente para aplicarla en la provincia, a pesar de que ha producido serios problemas en Inglaterra.
El 16 de abril, el mismo día que la presidenta Cristina Kirchner anunció el envío al Congreso del proyecto de ley que aprobó anoche el Congreso, Galuccio presentó en Londres su renuncia a Schlumberger, una de las dos mayores compañías globales de servicios petroleros, donde capitaneaba una división especial de exploración. Con 44 años, el entrerriano inició su carrera hace veinte en la YPF recién privatizada y comandada por José Estenssoro.
Galuccio es un hombre de perfil técnico pero con antecedentes políticos que el oficialismo se encargará de resaltar a la hora de inflar de épica la nueva fase de la petrolera de bandera. Uno de ellos es haber entendido a mediados de los ’90 que le faltaba experiencia en pozo, por lo cual decidió cambiar sus tareas en la filial estadounidense de YPF en Denver por la desolación de los yacimientos santacruceños de Las Heras. Otro es por sus “diferencias de gestión” con Repsol, que lo llevaron a renunciar apenas la firma ibérica se alzó con la acción de oro de YPF en 1999.
Aunque nadie lo confirme aún, varios hechos permiten inferir que las negociaciones entre el gobierno y Galuccio transitaron al menos los últimos dos meses. Uno de ellos es que se reunió en diciembre último con el gobernador de su provincia, Sergio Urribarri, cuando el mandatario viajó a Londres junto con una comitiva oficial que también integró el hermano del ingeniero, Carlos Galuccio, hasta hace poco presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (Uier) y empresario de la constructora Losi.
Galuccio hará valer sus credenciales de experto en la localización y perforación de hidrocarburos no tradicionales (como el shale gas y el shale oil de Vaca Muerta) y también su relación con Petrobras, de la que Schlumberger es una gran proveedora.
Falta ver si logra mantener el “perfil técnico” que pidió la presidenta en medio de las tensiones políticas que seguramente se desatarán en la mayor compañía del país, ahora con mayoría estatal.
El gas shale
En Entre Ríos saben bien qué es el “gas shale” porque incluso funcionarios de primer nivel viajaron a Inglaterra, en momentos de tensión por las Malvinas, para enterarse de la novedad y adoptarla como propia.
El 26 de diciembre, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribari, viajó a Londres para que una empresa inglesa, la multinacional Schlumberger, que mantiene relaciones comerciales con las Malvinas, islas argentinas usurpadas por la Gran Bretaña, le explique la técnica del fracking, posiblemente para aplicarla en la provincia, a pesar de que ha producido serios problemas en Inglaterra.
Unos segundos después de anunciar la promulgación de la ley de “estatización” de Repsol YPF, Cristina volvió a amenazar a los trabajadores en lucha, mostrando el verdadero rostro –reaccionario– de este gobierno, que mientras posa de nacionalista continúa implementando una política de saqueo y entrega del patrimonio nacional.
La presidenta dijo que "Los trabajadores del petróleo son de los mejores remunerados del país. Les pido a todos los trabajadores, que tienen la inmensa suerte de ser bien remunerados y estar en blanco, que pongan un gran esfuerzo porque no puede la provincia de Santa Cruz, Chubut, Mendoza, Neuquén, perder un solo segundo de extracción de petróleo por conflictos laborales".
Cristina sabe como nadie que la supuesta estatización no resolverá el problema del autoabastecimiento ni bajará los precios de los combustibles, y que tampoco beneficiará a los trabajadores del sector, situación que inevitablemente provocará nuevas acciones de lucha de los combativos petroleros, quienes han demostrado que saben pelear por sus derechos.
El gobierno necesita obreros mansos porque tiene que garantizar la puesta en marcha de la nueva “sociedad anónima abierta a los capitales extranjeros y nacionales”, gente que para invertir reclama “rentabilidad”. Como Exxon, Chevron o Total, algunas de las grandes multinacionales entrevistadas por De Vido y Axel Kiciloff durante estos días.
Otra muestra de las intenciones antiobreras y antinacionales del oficialismo es la designación –por parte de Cristina– del nuevo mandamás de YPF: un empleado del monopolio petrolero francés Schlumberger, el ingeniero en pétroleo Miguel Matías Galuccio. Este concheto millonario de 44 años cumplió sus labores durante los últimos cinco años en las oficinas de dicha empresa en Londres.
Pero además Galuccio está íntimamente ligado a los negocios y negociados del poder. En 1994 y 1997 fue el responsable de la Unidad de Negocios YPF en los pozos de Las Heras/Los Perales cuando Néstor gobernaba Santa Cruz. Fue llevado allí por su amigo Luis Ayestaran, presidente de Epsur, empresa petrolera de Lázaro Baéz, amigo del ex presidente. Esa firma se reparte el dominio de las 14 áreas de producción de hidrocarburos de la provincia K con Cristóbal López.
La izquierda y los luchadores consecuentes tenemos que denunciar estas maniobras del gobierno, que con el apoyo del conjunto de la oposición, sigue aplicando su plan de Ajuste, Saqueo y Explotación. Llamando a los trabajadores y al pueblo, en particular a los petroleros, a luchar por la estatización total de YPF y todas las petroleras –sin pago alguno– para ponerlas a funcionar bajo el control de sus obreros, empleados e ingenieros.
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