martes, 19 de julio de 2011

Espera reparación la escuela con el nombre de un asesino

MARÍA GRANDE. El establecimiento homenajea a un represor de la dictadura


El busto de Leonetti se encuentra en el frente de la escuela que lleva su nombre


El militar Juan Carlos Leonetti encabezó el operativo en el que fueron asesinados los líderes del PRT-ERP Mario Roberto Santucho y Benito Urteaga. El hecho ocurrió el 19 de julio de 1976 y hoy se cumplen 35 años.

La dictadura todavía tiene su legado. Las ciudades, como espacio donde confluyen lo múltiple y lo heterogéneo, muestran en sus calles algunas marcas visibles de su historia reciente. A través de la monumentalización de su pasado los pueblos exhiben marcas de sus historias individuales, proyectos colectivos, tragedias privadas y miserias públicas.
Extraño caso el de María Grande, una localidad ubicada 80 kilómetros al norte de Paraná. Ahí está la Escuela Nº180, un establecimiento primario, que funciona de mañana y de tarde y recibe alrededor de 300 alumnos. Actualmente está también en el mismo edificio la Escuela Nº 55 “Héroes de Malvinas”, una secundaria nocturna cuyos estudiantes son, en su mayoría, egresados de esa misma primaria. La escuela abrió sus puertas en marzo de 1935 bajo el nombre de Amelia Rochi, en honor a la primera directora. Pero en 1982 cambió su denominación. En aquellos años se dispuso nombrar a la escuela como Mayor Juan Carlos Leonetti, como el militar que encabezó el operativo en el que fueron asesinados los líderes del PRT-ERP, el 19 de julio de 1976, en un departamento en la localidad de Villa Martelli. El agravio se completó en el año 2000, cuando en el ingreso del establecimiento se emplazaron un cuadro y un busto del militar, realizado por una artista plástica paranaense, en un acto que contó con la presencia del entonces jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, que había sido su compañero de promoción en el Colegio Militar. TIROS. Leonetti, que ni siquiera era entrerriano, lideraba una patrulla que llegó al edificio donde vivían Domingo Menna –que había salido– y su esposa Ana María Lanzillotto, embarazada de seis meses; en el que se escondían transitoriamente Mario Roberto Santucho y su mujer Liliana Delfino, también embarazada; y lo visitaba el número dos del PRT-ERP, Benito Urteaga, junto con pequeño hijo de 2 años.Llegó alrededor de las 14.30 de aquel lunes nublado y frío, junto con otros cuatro tipos, a bordo de un auto sin patente que, con sumo sigilo, frenó en el frente del edificio. Es posible que no sospecharan que allí estaba el hombre más buscado de la Argentina. Ya en el cuarto piso hubo un intenso intercambio de disparos, en el que murieron Santucho. Urteaga y Leonetti y los otros militares se llevaron a las mujeres a Campo de Mayo. DEBATE. “En 2007, cuando se profundizó el debate sobre los derechos humanos, desde Agmer María Grande se presentó un proyecto a través del cual se proponía cambiar el nombre de la escuela o restituir el que tenía antes. En el Consejo General de Educación (CGE) lo recibieron con beneplácito pero luego no hubo ninguna novedad”, recordó ante EL DIARIO el actual secretario general de la entidad, Mauricio Castaldo.




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