Anuló una resolución de Julio Cobos que aceptaba un cambio en la composición de la Comisión Bicameral de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
Ese paso era fundamental para que el oficialismo pudiera cuestionar el dictamen por el que la oposición propuso anular el DNU 298 y, así, cuestionar lo resuelto ayer por la Cámara baja. No es tan importante que un dictamen sea de mayoría o de minoría para que una determinada mayoría de la cámara pueda aprobarlo. Y es cierto el éxito judicial que se anotó el Gobierno al obtener esta medida cautelar, que echa sombra sobre lo actuado en el recinto y permite al oficialismo atemperar lo que hubiese sido una estrepitosa derrota.
La presentación que habían hecho el jefe del bloque de senadores oficialistas, Miguel Pichetto, y otros tres legisladores, entre ellos Beatriz Rojkés de Alperovich, parecía casi insostenible. Una cosa es cuestionar una decisión presidencial o legislativa que puede producir efectos para terceros (un aumento de las tarifas de los servicios, por ejemplo), en cuyo caso sí se puede plantear la inconstitucionalidad de la norma y solicitar su suspensión y otra, muy distinta, es pedirle a la Justicia que se entrometa en el debate legislativo y en la conformación de las comisiones.
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