Continuidades y rupturas de una historia sangrienta
Por Ignacio González Lowy

“Y en un mismo lodo todos manoseaos…” Nunca tan justas las palabras de Discépolo. Mientras se pelean por arriba, para ver quién controla nuestro derecho humano a la información y la expresión, por abajo crecen la bronca y la indignación.
Figurita repetida. Los K eligen, de entre sus enemigos circunstanciales en las peleas intestinas del bloque de los sectores de poder real de la Argentina, el que más les sirve para restar unos puntitos en el ranking del descrédito popular en el que ellos solos se fueron encerrando. Ay, el grupo Clarín. El cuco. Actor indiscutiblemente nefasto de la historia política, económica, cultural y social de la nación. Clarín: Perón es un tirano, Videla un nuevo gobierno, la dictadura un proceso, Duhalde un político de raza y "la crisis causó dos nuevas muertes". Qué fácil es pegarte, Clarín.
Y qué fácil es ridiculizar a una oposición legislativa que desesperada, como si se hundiera el barco, corre a reunirse, acordar y expresarse inmediatamente, ante el avance (desprolijo, sin dudas) del gobierno contra Fibertel. Los mismos diputados y senadores que pueden vivir 115 años y morirse viejos, lúcidos y en una estancia de la pampa grande, sin decir ni media sílaba sobre los obreros perseguidos por sindicalizarse, los manoseados usuarios de los “servicios públicos” privatizados o las cotidianas violaciones a los derechos humanos que representan el hambre y la salud enferma, en la Argentina. Esos mismos legisladores, aúllan como lobo herido en el corazón para defender a una empresa multimillonaria perteneciente a un grupo multimedia oligopólico que, de Capital Nacional, sólo tiene la C y la N de Casi Nada.
Río Bravo-7/9-Leer
Por Ignacio González Lowy

“Y en un mismo lodo todos manoseaos…” Nunca tan justas las palabras de Discépolo. Mientras se pelean por arriba, para ver quién controla nuestro derecho humano a la información y la expresión, por abajo crecen la bronca y la indignación.
Figurita repetida. Los K eligen, de entre sus enemigos circunstanciales en las peleas intestinas del bloque de los sectores de poder real de la Argentina, el que más les sirve para restar unos puntitos en el ranking del descrédito popular en el que ellos solos se fueron encerrando. Ay, el grupo Clarín. El cuco. Actor indiscutiblemente nefasto de la historia política, económica, cultural y social de la nación. Clarín: Perón es un tirano, Videla un nuevo gobierno, la dictadura un proceso, Duhalde un político de raza y "la crisis causó dos nuevas muertes". Qué fácil es pegarte, Clarín.
Y qué fácil es ridiculizar a una oposición legislativa que desesperada, como si se hundiera el barco, corre a reunirse, acordar y expresarse inmediatamente, ante el avance (desprolijo, sin dudas) del gobierno contra Fibertel. Los mismos diputados y senadores que pueden vivir 115 años y morirse viejos, lúcidos y en una estancia de la pampa grande, sin decir ni media sílaba sobre los obreros perseguidos por sindicalizarse, los manoseados usuarios de los “servicios públicos” privatizados o las cotidianas violaciones a los derechos humanos que representan el hambre y la salud enferma, en la Argentina. Esos mismos legisladores, aúllan como lobo herido en el corazón para defender a una empresa multimillonaria perteneciente a un grupo multimedia oligopólico que, de Capital Nacional, sólo tiene la C y la N de Casi Nada.
Río Bravo-7/9-Leer
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