Imágenes: Martín Vidal*
Juan Alaimesº
Los días 24 y 25 de mayo, la Plaza Congreso de la ciudad de Buenos Aires fue ocupada por voces luchadoras que venían desde distintas experiencias de lucha y resistencia y desde diferentes rincones del país. Allí, en ese acampe por El Otro Bicentenario, confluyeron los esfuerzos de un año de articulación y organización entre distintos colectivos representativos de los diversos sectores que vienen luchando contra este sistema depredador de la naturaleza y de la vida. Comunidades de Pueblos Originarios, asambleas socioambientales, bachilleratos populares, colectivos de trabajo barrial y de comunicación popular, organizaciones campesinas, estudiantiles, sindicales, culturales, empresas recuperadas, intelectuales y universitarios, fueron convocados a participar de otra mirada sobre el Bicentenario, con el propósito “de gestar el amplio espacio del "Otro Bicentenario", el Bicentenario de los Pueblos, para juntos poder pensar ideas y acciones no sólo frente a los festejos y manipulaciones oficiales, sino que nos convierta en protagonistas colectivos de las transformaciones pendientes desde 1492 por la irrupción en nuestro continente del capitalismo genocida y saqueador”.
La primera pregunta que surgió en los inicios de la construcción de ese espacio, que provino originalmente de los Pueblos Originarios, fue: ¿qué tenemos que festejar? Y las respuestas comenzaron a fluir y a expresarse en las muchas asambleas que dieron nacimiento a esta movilización de los pueblos: nada tenemos que festejar después de 517 años de resistencia indígena y popular y de 200 años de la constitución de un estado represor y genocida que no hizo otra cosa que anular la posibilidad de existencia de las diversidades culturales e ideológicas.
Pañuelos en Rebeldía-7/8-Leer Completo
No hay comentarios:
Publicar un comentario