Lo decía el secretario General de la CTA, Pablo Micheli, el 23 de septiembre frente al Ministerio de Trabajo: “Tenemos claro el objetivo, porque estamos enamorados de esta causa. Porque tenemos seguridad de construir esa Central de 4 millones de afiliados, de tener los 100.000 delegados nuevos, para que haya una Constituyente Social el año que viene que transite toda la Argentina diciendo que queremos una tierra liberada donde haya distribución justa de la riqueza y no haya un solo pibe con hambre”.
Asimismo, en el plenario de la Agrupacion Germán Abdala de la CTA bonaerense encabezada por Hugo “Cachorro” Godoy se debatió sobre el gran objetivo para el año que viene en torno a profundizar con la Constituyente Social: “Las asambleas serán el motor y dinámica para avanzar y seguir construyendo políticas para lograr la verdadera distribución de la riqueza, la recuperación de los recursos naturales, más democracia participativa y la organización definitiva de los pueblos latinoamericanos”, se expresó en la jornada.
Organización popular
“El espíritu constituyente está en la calle”, dice Eduardo Balán integrante del colectivo artístico Culebrón Timbal y perteneciente a la Coordinación Nacional de la Constituyente. En relación al contexto que nos tocó vivir afirma que las elecciones demostraron que la gente le quitó respaldo a discursos que tenían que ver con el pasado: “están queriendo más cambios, más proceso de transformación”, señala. Así, la estrategia será para el próximo año seguir desarrollando las asambleas distritales y trabajar para la gran Asamblea Nacional. Eduardo Balán habla de dos patas. Por un lado de la dimensión que tiene que ver con el cambio constitucional.
“Hay en danza unos borradores de la Reforma de la Constitución donde pareciera que desde el poder están tendiendo a una reforma de tipo parlamentarista-europea. Son sistemas que obturan aun más la participación popular directa y territorial de la población. Por eso, de algún modo la Constituyente Social puede efectivamente ser una estrategia no sólo para neutralizar este intento, sino para ir impulsando un proceso constituyente de organización popular que tenga más que ver con las reformas que sí tuvimos en Latinoamérica en los últimos 10 años y que no tienen nada de parlamentarismo, sino que más bien abren espacios a la participación en el territorio, en las comunidades, con la idea de plurinacionalidad, de democracia directa y participativa. Entonces el proceso de la constituyente social, además de generar un montón de contenidos a partir de conflicto social puede ser una buena propuesta y una buena respuesta al intento de reforma parlamentarista europeizante y al mismo tiempo la base de la construcción de una democracia participativa y popular a partir de una nueva constitución que tenga el escrito de los cambios constitucionales que hubo en Latinoamérica en la última década”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario