Néstor Kirchner no planea quedarse mucho tiempo como secretario general de la Unasur, cargo para el cual será electo el próximo 4 de mayo durante la cumbre regional en Buenos Aires. Apenas el tiempo suficiente para mejorar sus chances como candidato presidencial. El ex mandatario y actual diputado nacional piensa esa movida sólo en clave de posicionamiento. “No ha habido en la Argentina un ex presidente con un cargo de este tipo. ¿Qué otro candidato puede tener la agenda que va a tener Kirchner, con una relación directa con los principales líderes de la región, en un rol de hacedor de política internacional?”, reflexionan los dirigentes que acompañan la aventura kirchnerista.
La lógica que guía ese pensamiento tiene que ver con encontrar para el ex mandatario una vidriera que lo proyecte fuera del debate local plagado de sinsabores. “Un día, Lula da Silva. Al otro, Luis Moreno del BID. Por qué no, José Luis Rodríguez Zapatero, también”, proyectan cerca del ex mandatario armando una agenda tentativa que le sirva a Néstor para mostrarse como un estadista, aunque contradiga el poco apego a las reuniones protocolares que mostró como jefe de Estado.
En ese esquema de llegar hasta agosto de 2011 –fecha prevista para las elecciones internas–, cerca de Kirchner estudian la figura que podría utilizarse para que el argentino sea elegido como secretario general de la Unasur, pero sin necesidad de que cumpla los dos años de mandato que exige la carta fundacional, aun con ajustes de redacción. Por eso, estudian con atención el caso del primer secretario de la organización regional: Rodrigo Borja, ex presidente de Ecuador, quien fue nombrado en agosto de 2007 y presentó su renuncia nueve meses después, en mayo de 2008.
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