miércoles, 28 de abril de 2010

“Somos la primera generación que se animó” - ALMUDENA GRANDES Y EL PASADO DURANTE EL FRANQUISMO

El sábado pasado, miles de manifestantes marcharon por Madrid–al igual que en otras 30 ciudades de España– para apoyar al juez Baltasar Garzón, a quien grupos de extrema derecha le iniciaron una insólita causa de prevaricato por investigar los crímenes del franquismo. Y entre esa masa compacta que se movía entre la Cibeles y la Puerta del Sol estaba Almudena Grandes. Con su voz cascada por el tabaco y junto a Pedro Almodóvar, leyó un texto en el que, entre otras cosas, denunciaban la inmadurez de la democracia española.

Ahora está en el lobby de un hotel porteño, acaba de tirar la colilla del cigarrillo que se fumó a toda velocidad en la vereda y dice que todavía tiene la mente fresca porque aún no ha dado muchas entrevistas: como invitada de honor a la Feria del Libro, le espera una maratón de notas. Algo que, si pudiera, evitaría. Pero no. Y entonces, a pesar de su declaración de reticencia, se prepara para dar respuestas generosas, especialmente si se le pregunta por la recuperación de la memoria colectiva, por las marcas de la guerra civil, por las consecuencias del proceso de transición del franquismo a la democracia. Por todos esos temas que no sólo la tienen como militante activa, sino que atraviesan su literatura –desde su debut con Las edades de Lulú hasta la monumental novela El corazón helado (993 páginas, medio millón de ejemplares vendidos)–, y que en estos días se concentran, precisamente, en la embestida contra el mismo juez que hace trece años hizo lugar a la investigación de los crímenes de la dictadura en nuestro país y en Chile.

Crítica-28/4-Leer

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