miércoles, 21 de abril de 2010

Capitalismo, Estados, Pueblos y Cambio Climático: Debate abierto en Bolivia

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático
Evo Morales denuncia la deuda histórica del capitalismo con la Madre Tierra



La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, impulsada por Evo Morales tras el fracaso de la cumbre Copenhague, arrancó con la participación de miles de personas que confían en delinear una estrategia alternativa en la lucha contra el calentamiento global, que incluya un Tribunal de Justicia Climática. Morales denunció la deuda histórica del capitalismo con la Madre Tierra.

«Sólo tenemos dos caminos: La Pachamama (Madre Tierra, en aymara) o la muerte. Muere el capitalismo o muere la Madre Tierra. Vive el capitalismo o vive la Madre Tierra». Así de contundente se expresó el presidente boliviano, Evo Morales, al leer su mensaje durante la inauguración de la conferencia mundial sobre el cambio climático que ayer arrancó en Tiquipaya (Bolivia) con la participación de pueblos indígenas y movimientos sociales. Denunció la deuda histórica del capitalismo con el calentamiento global y señaló que serán los pueblos indígenas quienes muestren cómo salvar la Madre Tierra.

La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra es una iniciativa del propio Morales convocada tras el fracaso de la cita de Naciones Unidas de Copenhague, en la que no se consiguió concretar un documento vinculante para luchar contra el calentamiento global, con el objetivo de crear un Tribunal de Justicia Climática y con la esperanza de delinear una estrategia contra el calentamiento global, que sea alternativa a los acuerdos que se discuten en los foros mundiales oficiales.

Rebelión-21/4-Leer



Debate abierto global:


cumbre del clima de Cochabamba / Bolivia - Indymedia:

Una oportunidad para reflexionar a propósito de la coherencia entre los discursos y las acciones.

La cumbre del clima de Cochabamba es una buena oportunidad para reflexionar a propósito de la coherencia entre los discursos y las acciones. Como la última película de James Cameron, para muchos militantes alterglobalizadores, los indígenas bolivianos serían hoy a los na’vis de Avatar, que se enfrentan heroicamente a una empresa minera que busca acabar con un árbol-mundo en el que habitan. Obviamente, para liberarse, los na’vis necesitaron de un héroe blanco, americano, etc. Y Evo Morales contribuyó al nexo Bolivia-Avatar al elogiar al film como ejemplo de la resistencia al capitalismo. De hecho, Cameron fue invitado a la cumbre de la Llajta.
Pero sin debate serio, la cita podría ser el equivalente a los festivales de la juventud en los países del “socialismo real”, donde por unos días se simulaba que esas dictaduras eran el espacio de grandes debates, casi libres de censura, sobre los principales ejes de un mundo mejor. Bastaba que los jóvenes bienintencionados abandonaran Berlín oriental o Pyongyang para que las luces se apagaran y la obra terminara. En Bolivia el problema no es la falta de libertad sino el desinterés generalizado por discutir el modelo de desarrollo.
El discurso pachamámico, en este y otros puntos, no hace más que llevar los debates al terreno de la filosofía, una disciplina digna del máximo respeto excepto cuando se la usa como coartada para no abordar los problemas candentes que debemos enfrentar.
Días atrás circularon –sin grandes repercusiones, a excepción de una oportuna columna de Andrés Soliz Rada- datos sobre el escándalo de San Cristóbal: extracción masiva de agua –que podría dejar en la sequía a Nor Lípez- y míseros pagos de impuestos en “uno de los yacimientos de zinc, plomo y plata más grandes del mundo”.

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