sábado, 30 de octubre de 2010

Ahora se pagan las consecuencias de la globalización

Las pérdidas de puestos de trabajo en EE.UU. son permanentes


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Ahora, cuando unos pocos demócratas y los restos de AFL-CIO se dan cuenta del impacto destructivo de la relocalización en el extranjero de puestos de trabajo sobre la economía de EE.UU. y sobre millones de vidas estadounidenses, los propugnadores de la globalización han resucitado la conclusión de hace algunos años del economista de Dartmouth Matthew Slaughter, de que la exportación de puestos de trabajo por las corporaciones de EE.UU. aumenta el empleo y los salarios en EE.UU.

En aquel entonces desenmascaré los errores de Slaughter, pero economistas dependientes de la generosidad corporativa pensaron que era más rentable tragarse la píldora de Slaughter que decir la verdad. Recientemente la Cámara de Comercio de EE.UU. sacó a relucir el falso argumento de Slaughter como arma contra los representantes demócratas Sandy Levin y Tim Ryan, y el Wall Street Journal hizo que el secretario de defensa de Bill Clinton William S. Cohen, regurgitara la afirmación de Slaughter en su página de opinión editorial el 12 de octubre.

Envié una carta al Wall Street Journal, pero a los editores no les interesó lo que opinaba un ex editor asociado y columnista del periódico y secretario adjunto del Tesoro para política economía del presidente Reagan. Había que mantener a cualquier precio la fachada de mentiras. No se puede cuestionar que la globalización sea buena para nosotros.

Rebelión-30/10-Leer


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