martes, 26 de octubre de 2010

Esa costumbre de matar - LA CGT DE SIEMPRE



aclaracion a la foto, si es necesaria En los últimos años no fueron pocas las voces que insistieron sobre los riesgos y consecuencias de volcarse sobre las estructuras de poder hegemónicas para garantizar la gobernabilidad. Estos señalamientos están basados en la convicción y en la experiencia de que estas estructuras no pueden ser actores de cambio alguno, incluso si este existiera en el horizonte del proyecto kirchnerista. El PJ y la CGT son organizaciones con una historia difícil de desandar, son desde hace décadas estructuras de dominación con una lógica intrínseca que excede incluso a su conducción circunstancial.

El caso de la central sindical es quizá el más cristalino en cuanto a la imposibilidad de conducir un teórico proyecto de cambio desde esas organizaciones. Al inicio del actual proceso político, se argumentó que la disputa por la conducción del PJ y la CGT tenía como objetivo garantizar la gobernabilidad, ya que sin el manejo de esta estructura partidaria y la conducción de esa central, es imposible gobernar la Argentina. Lo cierto es que bajo esa premisa, lo que se desplegó luego fue un dispositivo de relegitimación de la dirigencia sindical cegeteista, fundada en el papel de la actual conducción de la central obrera, representada en Hugo Moyano y el MTA, en la lucha contra el neoliberalismo en los 90.

Prensa de Frente-25/10-Leer

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