jueves, 14 de octubre de 2010

“El día después” - Nora Martínez

Durante el último fin de semana largo Paraná tuvo un movimiento inusual, para lo que debemos observar cotidianamente… empleados públicos, de comercios, señoritas oficinistas vestidas de trajecitos pastel. Este último fin de semana Paraná brindo ¡la mayor heterogeneidad de identidades que nos podamos imaginar! Mujeres de pueblos originarios, que vendían el producto de la realización de sus manos, el arte, la concreción de los secretos del alma. Mujeres altas, mujeres bajas, gorditas flacas, pelilargas, pelirrojas, jóvenes, no tanto, lesbianas, feminista, estudiantes, maestras, obreras, empleadas, desempleadas todas, llegaron. La plaza mayor parecía el vergel de la diferencia; faldas coloridas, aros exóticos, muchas blusas y remeras lilas muy lilas y todos los colores, como solo las mujeres sabemos adornar la vida. Muchas con sus hijos, hijas, nietas, otras discapacitadas en sillas de ruedas, ciegas.

¡¡¡ Que momento,

que momento al final de todo,

les hicimos el encuentro!!! … entonaban todas.

Se reunieron en las plazas, las escuelas, los bares, la universidad, debatían, discutian, tomaban mates, se reían, y al final eran felices…

Que diferencia a lo que vieron los medios, lo que vio la derecha, lo que vio la iglesia.

UNA SOCIEDAD CONSERVADORA

Váyanse, putas. Les gritaban muchos serios, sensatos y prudentes ciudadanos, vienen a ensuciar a romper, son abortistas decían. Todos los accesos a la ciudad, el centro y la periferia, estaban tapizados de sendos afiches, y gigantografías, con imágenes de fetos despedazados, o inocentes bebes que decían… “Defendé la vida”.

La provocación y el maltrato no tuvo límites, desde llevarlas en colectivo directamente a la comisaría porque se rehusaron a pagar el boleto, (cabe aclarar que en ninguna de las provincias las mujeres pagan boleto en el transporte público, mientras dura el evento). Acusarlas de destrozos, provocados por emisarias y patovicas, materia prima ésta proporcionada por la Santa Iglesia Católica, escuelas que no cedieron sus aulas, y otras que solo cedieron aulas, pero no permitieron el uso del comedor, cocina, o del agua corriente. Echarles gas pimienta en la cara, golpearlas, (una de las organizadoras debió ser internada), y por supuesto seguir insultándolas, todo por personal perteneciente a la misma institución.

Si aunque parezca una pesadilla, estas mujeres terminaron el encuentro en una marcha extraordinaria, como ésta ciudad jamás hubiera contemplado.

¡Ah pero que sucia quedo la ciudad, ¡se escuchaba en medios de comunicación, radio, televisión, y por supuesto honrados y decentes ciudadanos de ésta ciudad.

Todos los que conocemos Paraná sabemos que cotidianamente, tanto sus calles, como sus veredas parecen haber sufrido un bombardeo aéreo, y que la basura sobre todo en la periferia de los barrios pobres, son los desechos que tiran desde autos lujosos, es la basura de los barrios ricos, que lamentablemente deben juntar los carros de niños pobres.

¡Que rompieron las escuelas! como si hubiera en Paraná alguna escuela que no este destrozada con techos caídos, paredes rotas, baños con canillas que pierden, sería infinita la lista.

¡Pintaron con graffiti los muros de empresas serias!, como City Bank, Mac Donald, Telecom, Banco Nación, Drug store (los ciudadanos sorprendidos que alguien osara, ofender gigantesco linaje y prestigio), más allá que tanto empresas nacionales como internacionales negreen, maltraten, e ignoren derechos de sus trabajadores, que son ciudadanos de ésta ciudad.

Pero estos ciudadanos nada dicen de la contaminación visual que provocan, gigantografías, cables, carteles, marquesinas, chimeneas, antenas, postes, y otros elementos, mediante el cual las empresas manipulan indiscriminadamente un público desprevenido, inocente, ingenuo, dispuesto a comprar. Campañas agresivas para vender un celular, un servicio de Internet, de cable, un plasma, ni hablar de vender autos, terrenos. Publicidad que genera ansiedad, necesidad innecesaria, que despierta en algunas personas el hambre de tener pertenencias, de ostentar lujos, al precio que sea.

Pero lo importantemente criticado fueron los graffitis, que lograron escandalizar una sociedad que implora: que no se devele, no enterarse, no escuchar, que no le cuenten.

El graffiti como género político, religioso como fue el caso, comprende y explica las distintas mentalidades locales que nutren y estructuran un fenómeno contemporáneo. Detrás de un graffiti siempre hay un proyecto, si este expresa la necesidad de un pueblo.

Mientras más prohibido sea aquello que se exprese más rápido tendrá que borrarse el mensaje por parte de quienes ejercen las funciones de control, policía, municipio, particulares o la misma ciudadanía que se siente denunciada, expuesta, observada.

Y fue lo que sucedió, la prensa por supuesto tampoco pudo dejar de expedirse en sus opiniones como corporación, no fuera que alguien le pidiera opinión y ELLA estuviera callada, y aquellos periodistas que se declaran, independientes y progresistas, trataron el tema de manera no muy distinta de lo que lo hubiera hecho doña María, o doña Rosa, la que parió hijos, ahora doctores, la que escondió las infidelidades del marido, para conservar el estatutos de Sra. casada, la que callo la violación por parte de un familiar, la que hizo abortar a su hija menor, porque es chiquita y no termino los estudios, la que tiene un hijo gay pero le inventa novias, la prensa no supero; ningún periodista dependiente o “independiente” pudo transgredir el análisis llano y lineal del más puro conservadurismo, atacando en realidad a quienes les dijeron HIPÓCRITAS.

Parece que eso sucedió el XXV Encuentro de Mujeres dejo a su paso, el hecho de correr la cortina que escondía el espejo que le muestra a esta sociedad, sus más escondidas miserias, que pasen rápido parecían decir los vecinos, no soportamos ver el resplandor.

Nora Martínez - Secretaría de Género - CTA Paraná

No hay comentarios: