RUMBO A LAS ELECCIONES 2010 DE LA CENTRAL
El 23 de septiembre próximo se va a realizar la elección de autoridades nacionales en la Central de Trabajadores de la Argentina, segunda central en importancia en el país. Si bien al día de hoy no está definido que vayan a medirse los sectores más representativos, es muy probable que Hugo Yasky, actual Secretario General y representante del gremio docente, sea nuevamente cabeza de lista para su eventual reelección. Todo parece indicar que la unidad no se logrará y siguiendo esta línea de supuestos, Pablo Micheli, actual secretario de la Asociación de Trabajadores del Estado y aliado político de Víctor De Gennaro, será quien represente al sector enfrentado a la actual conducción nacional.
Indudablemente, las disputas al interior de la Central están teñidas de debates que la exceden y que atraviesan al conjunto de las fuerzas populares. A riesgo de pecar de reduccionistas, podemos situar el momento de mayor tensión o polarización dentro de la CTA en el conflicto del gobierno nacional con las patronales agropecuarias en 2008. Durante esas jornadas, emergieron posiciones que profundizaron las diferencias de los sectores internos de la central.
A la actitud adoptada por Claudio Lozano al votar contra la resolución 125, se le sumó la insistencia de Víctor De Gennaro para acordar una línea de acción conjunta con la Federación Agraria, que ya en ese momento se había lanzado abiertamente a una alianza sostenida con la Sociedad Rural Argentina. Por su parte, la toma de partido a favor del gobierno nacional del Secretario General de CTA, Hugo Yasky, encabezando incluso movilizaciones de apoyo a la 125, y el acercamiento con la Confederación General del Trabajo, CGT, terminó por evidenciar las posiciones encontradas.
Durante los meses siguientes, y hasta el día de hoy, esta discusión se resumió en un intenso debate sobre los límites de las autoridades sindicales a la hora de “hacer política”, pero sobre todo sobre la discusión en torno a la autonomía sindical promovida por esta central desde su carta misma de fundación.
Lo cierto es que, más allá de las simpatías hacia el kirchnerismo que puedan tener algunos sectores dentro de la CTA, el debate sobre la autonomía de la central sindical es más complejo. Si bien una de las condiciones básicas de unidad dentro de la CTA es el principio de “autonomía de los grupos económicos, gobierno y partidos políticos”, hoy se trata de un vector ideológico más que de una práctica política determinante en todos los sectores de la Central. Esto es producto de la heterogeneidad de sus componentes y de las oportunidad y limitaciones de un espacio que se precia de ser una central sindical.
Prensa de Frente-20/6-Leer
El 23 de septiembre próximo se va a realizar la elección de autoridades nacionales en la Central de Trabajadores de la Argentina, segunda central en importancia en el país. Si bien al día de hoy no está definido que vayan a medirse los sectores más representativos, es muy probable que Hugo Yasky, actual Secretario General y representante del gremio docente, sea nuevamente cabeza de lista para su eventual reelección. Todo parece indicar que la unidad no se logrará y siguiendo esta línea de supuestos, Pablo Micheli, actual secretario de la Asociación de Trabajadores del Estado y aliado político de Víctor De Gennaro, será quien represente al sector enfrentado a la actual conducción nacional.
Indudablemente, las disputas al interior de la Central están teñidas de debates que la exceden y que atraviesan al conjunto de las fuerzas populares. A riesgo de pecar de reduccionistas, podemos situar el momento de mayor tensión o polarización dentro de la CTA en el conflicto del gobierno nacional con las patronales agropecuarias en 2008. Durante esas jornadas, emergieron posiciones que profundizaron las diferencias de los sectores internos de la central.
A la actitud adoptada por Claudio Lozano al votar contra la resolución 125, se le sumó la insistencia de Víctor De Gennaro para acordar una línea de acción conjunta con la Federación Agraria, que ya en ese momento se había lanzado abiertamente a una alianza sostenida con la Sociedad Rural Argentina. Por su parte, la toma de partido a favor del gobierno nacional del Secretario General de CTA, Hugo Yasky, encabezando incluso movilizaciones de apoyo a la 125, y el acercamiento con la Confederación General del Trabajo, CGT, terminó por evidenciar las posiciones encontradas.
Durante los meses siguientes, y hasta el día de hoy, esta discusión se resumió en un intenso debate sobre los límites de las autoridades sindicales a la hora de “hacer política”, pero sobre todo sobre la discusión en torno a la autonomía sindical promovida por esta central desde su carta misma de fundación.
Lo cierto es que, más allá de las simpatías hacia el kirchnerismo que puedan tener algunos sectores dentro de la CTA, el debate sobre la autonomía de la central sindical es más complejo. Si bien una de las condiciones básicas de unidad dentro de la CTA es el principio de “autonomía de los grupos económicos, gobierno y partidos políticos”, hoy se trata de un vector ideológico más que de una práctica política determinante en todos los sectores de la Central. Esto es producto de la heterogeneidad de sus componentes y de las oportunidad y limitaciones de un espacio que se precia de ser una central sindical.
Prensa de Frente-20/6-Leer
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