A diez días de comenzada la huelga de hambre en distintas unidades penales de la Provincia de Buenos Aires, también se sumaron al reclamo las unidades federales de Devoto y Marcos Paz.
Ante este reclamo realizado por las personas privadas de la libertad, el Servicio Penitenciario Bonaerense dejó en evidencia su costado más represivo. Las muestras de esto son las amenazas, coacciones y traslados para las personas que ejercen su derecho a la protesta. En este marco fue que falleció Rubén Terzagui, quien adhería a la medida y ya llevaba una larga lucha por ser escuchado por las autoridades del ámbito judicial y del Servicio Penitenciario Bonaerense (ver "Un sueño trunco").
La huelga de hambre tuvo inicio el pasado jueves 18 de marzo en los pabellones universitarios y de trabajadores de la Unidad Penal Nº 9 de La Plata, en repudio al endurecimiento de las normas penales y procesales. Con el correr de los días, detenidos alojados en las Unidades 21 de Campana, 45 de Melchor Romero, 1 de Olmos, 8 y 46 de mujeres, se plegaron a la medida. Se exige a los jueces y legisladores que ejerzan el control de convencionalidad y constitucionalidad de la normativa en crítica.
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